Sermon clásico #6061: Para que en todo tenga la preeminencia
Dr. Roberto Miranda
(Audio: Español)
RESUMEN: En Colosenses 1:15-23, Pablo exalta la persona de Jesús y sus atributos. Él enfatiza que Cristo es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, el creador de todas las cosas, el sustentador de todas las cosas, la cabeza de la iglesia y el reconciliador de todas las cosas. Pablo quiere que los colosenses enfocaran su mirada en Jesucristo y que Él tenga la preeminencia en sus vidas. También señala que la herejía colosense quitaba la mirada de la persona de Jesús y que es importante tener cuidado con cualquier enseñanza que aparte la mirada de la unicidad y carácter imprescindible de Jesucristo.
En Colosenses 1:15-17, Pablo enseña que Jesucristo es la imagen visible del Dios invisible y que en Él fueron creadas todas las cosas, visibles e invisibles, y que Él las sostiene y les da sentido. Esto implica que Jesucristo es Dios y merece nuestra adoración y dedicación, y que todo lo que tenemos y somos es de Él y debemos usarlo para su gloria y para la expansión de su reino. Además, esto significa que Jesucristo está involucrado en todo lo que sucede en el universo, desde el movimiento de los planetas hasta el funcionamiento de una célula. Como cristianos, debemos reconocer su Señorío y vivir en sumisión a Él.
En Colosenses 1:15-20, se presenta a Jesucristo como el creador, sustentador, la cabeza de la iglesia y el reconciliador. Él es la ley que hace innecesarias todas las demás leyes y explica todas las demás leyes. Los cristianos deben estar continuamente pegados y arraigados a Él, renovando su relación de intimidad con Él a través del ayuno, la oración, la lectura de la palabra, la comunión con los Santos y el servicio al Señor. Si Jesucristo está dirigiendo, no hay nada que temer. Él es quien da las directivas y debemos estar atentos a recibir sus órdenes. Él es el reconciliador, quien vino a unificar todas las cosas y establecer el principio de la armonía. Antes de conocer a Jesucristo, éramos enemigos de Dios, pero ahora somos reconciliados con Él y nuestra división interna es tornada en paz.
La guerra y los conflictos surgen de la división interna del hombre, pero Cristo trae paz a nuestras vidas. Si queremos paz en nuestras familias, naciones y ciudades, debemos darle a Cristo un lugar importante en nuestras vidas. Él puede unificar y arreglar nuestras emociones y partes en conflicto para que haya paz en nosotros. Los cristianos que llevan el yugo de Cristo encuentran descanso para sus almas. Jesucristo es Dios, creador, sustentador, cabeza de la iglesia y reconciliador, y debe tener la preeminencia en todo.
En Colosenses 1:15-17, Pablo enseña que Jesucristo es la imagen visible del Dios invisible y que en Él fueron creadas todas las cosas, visibles e invisibles, y que Él las sostiene y les da sentido. Esto implica que Jesucristo es Dios y merece nuestra adoración y dedicación, y que todo lo que tenemos y somos es de Él y debemos usarlo para su gloria y para la expansión de su reino. Además, esto significa que Jesucristo está involucrado en todo lo que sucede en el universo, desde el movimiento de los planetas hasta el funcionamiento de una célula. Como cristianos, debemos reconocer su Señorío y vivir en sumisión a Él.
En Colosenses 1:15-20, se presenta a Jesucristo como el creador, sustentador, la cabeza de la iglesia y el reconciliador. Él es la ley que hace innecesarias todas las demás leyes y explica todas las demás leyes. Los cristianos deben estar continuamente pegados y arraigados a Él, renovando su relación de intimidad con Él a través del ayuno, la oración, la lectura de la palabra, la comunión con los Santos y el servicio al Señor. Si Jesucristo está dirigiendo, no hay nada que temer. Él es quien da las directivas y debemos estar atentos a recibir sus órdenes. Él es el reconciliador, quien vino a unificar todas las cosas y establecer el principio de la armonía. Antes de conocer a Jesucristo, éramos enemigos de Dios, pero ahora somos reconciliados con Él y nuestra división interna es tornada en paz.
La guerra y los conflictos surgen de la división interna del hombre, pero Cristo trae paz a nuestras vidas. Si queremos paz en nuestras familias, naciones y ciudades, debemos darle a Cristo un lugar importante en nuestras vidas. Él puede unificar y arreglar nuestras emociones y partes en conflicto para que haya paz en nosotros. Los cristianos que llevan el yugo de Cristo encuentran descanso para sus almas. Jesucristo es Dios, creador, sustentador, cabeza de la iglesia y reconciliador, y debe tener la preeminencia en todo.
Estamos haciendo un recorrido a través de la epístola a los Colosenses y yo estoy tomando varios temas de esta epístola muy densa en su contenido y estamos tratando de hacer un recorrido a través de diversos pasajes. Y hoy vamos a ir al Capítulo 1 y nos vamos a detener en los versículos 15 al 23. Este es un pasaje que exalta la persona de Jesús.
Colosenses 1:15-23 y dice la palabra del Señor así, hablando de Jesucristo evidentemente: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos, las que hay en la Tierra. Visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean potestades, todo fue creado por medio de Él y para Él y Él es antes de todas las cosas y todas las cosas en Él existen.
Colosenses 1:15-23 y dice la palabra del Señor así, hablando de Jesucristo evidentemente: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación, porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos, las que hay en la Tierra. Visibles e invisibles, sean tronos, sean dominios, sean potestades, todo fue creado por medio de Él y para Él y Él es antes de todas las cosas y todas las cosas en Él existen.
