León de Sión
Faustino de Jesús Zamora VargasEl león de Sión espera paciente. El monte clama por su presencia. Mientras el hombre se disputa los espacios "sacrosantos", piedras y edificios que recuerdan la historia de Dios, Él se glorifica en un templo no hecho por manos humanas, allí donde la adoración cobra un sentido singular
; un monte sagrado no por su historia, sino porque para construirlo fue necesario un nacimiento celestial, una cruz providencial y una muerte para tocar la eternidad. Jesús es el arquetipo de tal templo. El hombre vestido con sus harapos existenciales apenas puede entender la grandeza de Dios, la dimensión de lo eterno, la trascendencia del niño que nació en Belén y que hoy es guerrero y león de todo el Sión que sale de los límites de Israel.