Héroes con pies de barro
Dr. Roberto MirandaDios se complace en moverse a través de gente imperfecta. Los grandes hombres y mujeres de fe que registra la Escritura no estaban exentos de los defectos e inclinaciones pecaminosas que aquejan a cualquier otro ser humano.
El apóstol Santiago habla del gran profeta Elías, por ejemplo, y nos dice que "era un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras". Sin embargo, añade, "oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses" (Santiago 5:17).