Ensancha tu expectativa
Dr. Roberto MirandaEl terreno idóneo para que Dios se mueva milagrosamente es un corazón expectante, un espacio mental receptivo, una mente porosa que no le pone trabas a Dios y sus obras asombrosas.
A Dios lo motiva la persona que le pide cosas audaces, el hombre o la mujer que se lanza al abismo sólo con su fe y su confianza de que Dios es fiel, y que no deja en vergüenza a los que en él confían. Por eso tienes que cultivar activa y persistentemente esa mentalidad positiva en Dios.