Gorriones
Milagros García KlibanskyCuando salí del hospital estuve un buen rato esperando el ómnibus. Durante ese tiempo me dediqué a observar unos gorriones que estaban picoteando migajas de pan, había uno deleitándose con su pequeña porción cuando de pronto otros dos arremetieron contra él y trataron de quitarle su comida, aunque era tan pequeña que no hubiese alcanzado para dos, lo curioso de esto es que a pocos centímetros de distancia de ellos había una tapa completa de pan que, comparada con el tamaño de estos animalitos, era enorme.
A pesar de esto, ellos despreciaban la porción abundante por quitar a otro lo que le pertenecía.
Así mismo actuamos a veces los seres humanos cuando no es Dios quien controla nuestra vida. Ardemos de envidia y tratamos de quitar a otros sus méritos, deseamos los dones ajenos, nos molestan los pequeños logros que cualquiera pueda tener y nos cuesta trabajo reconocer el esfuerzo de otros y a veces, hasta la forma en que son usados por Dios. Nos diluimos en estos sentimientos malsanos que no son atributos divinos y en esta maloliente amargura en que nos sumergimos, pasamos de largo y no nos percatamos de la porción que Dios tiene para nosotros y les aseguro ¡Es enorme!
Hay tanto que hacer que no nos alcanza esta vida para servir a Dios, aun así, ¿Cuántos cristianos que hoy ocupan bancos en las iglesias ni siquiera han descubierto cuáles son sus dones? Y pueden estar seguros, ¡No es uno solo! Dios nos ha sobregirado en cuanto a dotación, son muchos los dones que tenemos, solo es que no los desarrollamos porque estamos pendientes de los ajenos sin pensar que esos son también para nuestro deleite y para Su gloria.
Busquemos con ahínco nuestra dotación y ayudemos a los demás a desarrollar la suya, no somos gorriones, somos seres superiores creados por Dios a su imagen y semejanza.