Enamorados de los panes y peces
Dr. Roberto Miranda(Audio: Español)
RESUMEN:
La actitud fundamental del creyente debe ser una de que vivimos para Dios, para servirlo, para avanzar los intereses de Su Reino. No vivimos por nosotros mismos sino que somos de Él y tenemos que servirlo en todo lo que Él nos pida. Tenemos que tener un total quebrantamiento del orgullo, de las demandas delante de Dios, la independencia. Nuestro tiempo, nuestro dinero, nuestra familia, nuestras fuerzas, nuestros cuerpos, nuestro futuro, todo está bajo el señorío de Dios y Él tiene derecho para hacer todo lo que Él quiera de nosotros.La actitud de no merecer nada de parte de Dios, de debérselo todo al Señor, de estar totalmente sujetos al Señor es absolutamente clave en este tiempo de la historia y como de un nuevo estilo de predicación que vemos tanto en la Iglesia en este tiempo, donde a la gente se le enseña que Dios existe para agradarnos, para avanzar nuestros intereses, para darnos la mejor vida posible. Es como esta idea de que venimos a la Iglesia por los beneficios que Dios nos puede dar; venimos para que Dios nos sane, nos prospere, nos bendiga en nuestro matrimonio, para que haga algo bueno por nosotros. Nos consiga un buen esposo, una buena esposa, nos dé un buen trabajo, y por desgracia muchos Pastores se sienten como que tienen que predicar este mensaje de los panes y los peces para que la gente venga a la Iglesia, y que si les predicamos las partes más serias de la vida cristiana no van a asistir a nuestros servicios.
Cuando hablo de los panes y los peces recuerdo ese momento en que el Señor Jesucristo le dice a la multitud: "Ustedes me buscan por los panes y los peces, no porque Yo soy el Hijo de Dios." El Señor se sentía ofendido de que la multitud lo buscaba porque Él había multiplicado los panes y los peces en una ocasión, y Su reputación se había como esparcido como un hombre que daba de comer a la gente y por eso la gente venía, no porque les interesaba el mensaje que Él tenía que dar o porque supieran que Él era el Hijo de Dios y que tenían que servirlo, y entregar sus vidas a Él, sino que era mas bien por egoísmo, no por amor a Dios mismo.