En apuros, no desesperados
Alberto González MuñozDejarnos deprimir por nimiedades no solo es absurdo, sino que además no es agradable para las personas que están a nuestro alrededor. Hay personas que tienen la habilidad de magnificar el menor contratiempo, convirtiendo la inconveniencia más común en una tragedia de grandes proporciones.
Por nuestro bien es necesario que aprendamos a catalogar los sucesos en nuestra vida desde una perspectiva realista. Hay grandes problemas y hay problemas menores. La atención que demos a unos y a otros, y los efectos de ellos en nuestro ánimo y bienestar, nunca podrán ser los mismos. Las personas que se relacionan con nosotros respetarán y valorarán nuestra inteligencia emocional cuando corroboren que nuestros sentimientos y reacciones se corresponden con los problemas en que estamos envueltos. Lo contrario ocurrirá cuando descubran que estamos exagerando nuestros males o enfermedades y quejándonos por cualquier cosa constantemente.