¿Has perdido la fe?
Alberto González Muñoz¿Recuerdas alguna ocasión en que hayas dicho o pensado: he perdido la fe? ¿Cómo te sentías cuando pronunciaste esas palabras? Tal vez pueda recordártelo: Lo más probable es que estuvieras atravesando una situación muy complicada y difícil, tal vez al borde de la desesperación. Lo interesante es que al perder la fe de que todo se solucionaría de manera favorable, automáticamente añadiste dolor y frustración a la triste experiencia que ya estabas viviendo. Al perder la fe, no solo estabas afrontando la realidad de la situación que te afligía, que evidentemente se mantenía igual o peor, sino que estabas añadiendo un nuevo componente a tu lucha por salir adelante. ¿Sabe cuál? Al perder la fe, trajiste a tu vida a la desesperanza.
Cuando eso sucede, la próxima tentación será abrir la puerta a la amargura. ¡Es un proceso inevitable! Lamentablemente ése el camino que muchas personas toman. La gran noticia es que hay otro camino posible ante los imponderables de la vida. Tú puedes sufrir muchos inconvenientes sin permitir que ellos te nublen el alma o te enfríen el corazón. Tal es así que muchas personan encuentran la manera de enfrentar sus problemas con una actitud diferente.