Nueva Biblia Latinoamericana
Entonces el rey se levantó y se sentó a la puerta. Y cuando avisaron a todo el pueblo, diciendo: "Miren, el rey está sentado a la puerta," entonces todo el pueblo vino delante del rey. Pero los de Israel habían huido, cada uno a su tienda. (2 Samuel 19:8)
Y todo el pueblo reñía en todas las tribus de Israel, diciendo: "El rey nos ha librado de mano de nuestros enemigos y nos ha salvado de mano de los Filisteos, pero ahora ha huido de la tierra por causa de Absalón. (2 Samuel 19:9)
Sin embargo, Absalón, a quien ungimos sobre nosotros, ha muerto en combate. Ahora pues, ¿por qué guardan silencio respecto a restaurar al rey?" (2 Samuel 19:10)
Entonces el rey David envió mensaje a los sacerdotes Sadoc y Abiatar y dijo: "Hablen a los ancianos de Judá, y díganles: '¿Por qué son los últimos en hacer volver al rey a su casa, ya que la palabra de todo Israel ha llegado al rey, a su casa?
Ustedes son mis hermanos; mi hueso y mi carne son. ¿Por qué, pues, son los últimos en hacer volver al rey?' (2 Samuel 19:12)
Y díganle a Amasa: '¿No eres hueso mío y carne mía? Así haga Dios conmigo y aun más si no has de ser comandante del ejército delante de mí para siempre en lugar de Joab.'" (2 Samuel 19:13)
Así inclinó el corazón de todos los hombres de Judá como el de un solo hombre, y enviaron palabra al rey, diciendo: "Regresa, tú y todos tus siervos." (2 Samuel 19:14)

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2 Samuel 19:11 - Cross Reference

¿Y no están allí contigo Sadoc y Abiatar los sacerdotes? Por tanto, todo lo que oigas de la casa del rey lo comunicarás a los sacerdotes Sadoc y Abiatar. (2 Samuel 15:35)
No porque no tengamos derecho a ello , sino para ofrecernos como modelo a ustedes a fin de que sigan nuestro ejemplo (nos imiten). (2 Thessalonians 3:9)
En su lugar el rey nombró sobre el ejército a Benaía, hijo de Joiada, y el rey nombró al sacerdote Sadoc en lugar de Abiatar. (1 Kings 2:35)
El rey Salomón envió a Benaía, hijo de Joiada, y éste atacó a Adonías y lo mató. (1 Kings 2:25)
Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos. (Matthew 5:16)
Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros, en nombre de Cristo les rogamos: ¡Reconcíliense con Dios! (2 Corinthians 5:20)
Sadoc y Abiatar hicieron volver el arca de Dios a Jerusalén, y se quedaron allí. (2 Samuel 15:29)