Nueva Biblia Latinoamericana
El número de los días que David habitó en el territorio de los Filisteos fue un año y cuatro meses. (1 Samuel 27:7)
David y sus hombres subieron e hicieron incursiones contra los Guesuritas, los Guerzitas y los Amalecitas; porque ellos eran los habitantes de la tierra desde tiempos antiguos, según se va a Shur, hasta la tierra de Egipto. (1 Samuel 27:8)
David atacaba el territorio, y no dejaba con vida hombre ni mujer, y se llevaba las ovejas, el ganado, los asnos, los camellos y la ropa. Entonces regresaba y venía a Aquis. (1 Samuel 27:9)
Y Aquis decía: "¿Dónde atacaron hoy?" Y David respondía: "Contra el Neguev (región del sur) de Judá, contra el Neguev de Jerameel y contra el Neguev de los Quenitas."
David no dejaba con vida hombre ni mujer para traer a Gat y dijo: "No sea que nos descubran, diciendo: 'Así ha hecho David, y así ha sido su costumbre todo el tiempo que ha morado en el territorio de los Filisteos.'" (1 Samuel 27:11)
Aquis confiaba en David y se decía: "En verdad que se ha hecho odioso a su pueblo Israel y será mi servidor para siempre." (1 Samuel 27:12)
Aconteció en aquellos días que los Filisteos reunieron sus ejércitos para la guerra, para pelear contra Israel. Y dijo Aquis a David: "Bien sabes que saldrás conmigo a campaña, tú y tus hombres." (1 Samuel 28:1)

Other publications related to "1 Samuel 27:10":

Brandt Gillespie
Make time, take time to know God
Explore the importance of knowing and valuing God's heart through David's prayer in Psalm 86.


Dr. Roberto Miranda
I will not offer a sacrifice that costs me nothing
The article reflects on the importance of sacrifice and integrity in spiritual matters, using the story of David to highlight the consequences of sin and the need to unite matter with spirit. The speaker also emphasizes the significance of the holy land and building where their church is located, calling on their congregation to offer significant sacrifices and offerings to fulfill Gods purpose for their church.


1 Samuel 27:10 - Cross Reference

Y David respondió al sacerdote Ahimelec: "El rey me ha encomendado cierto asunto y me ha dicho: 'Que no sepa nadie acerca del asunto por el cual te envío y que te he encomendado; y yo he citado a los jóvenes a cierto lugar.' (1 Samuel 21:2)
Y le preguntó: "¿Eres en verdad mi hijo Esaú?" "Yo soy," respondió Jacob. (Genesis 27:24)
Aborrezco y desprecio la mentira, Pero amo Tu ley. (Psalm 119:163)
Pero cuando Pedro (Cefas) vino a Antioquía, me opuse a él cara a cara, porque él era digno de ser censurado. (Galatians 2:11)
Bendita entre las mujeres es Jael, Mujer de Heber el Quenita; Bendita sea entre las mujeres de la tienda. (Judges 5:24)
a los de Racal, a los de las ciudades de Jerameel, a los de las ciudades del Quenita, (1 Samuel 30:29)
Y dijo Saúl a los Quenitas: "Váyanse, apártense, desciendan de entre los Amalecitas, para que yo no los destruya junto con ellos; porque ustedes mostraron misericordia a todos los Israelitas cuando subían de Egipto." Entonces los Quenitas se apartaron de entre los Amalecitas. (1 Samuel 15:6)
Los hijos que le nacieron a Hezrón, fueron Jerameel, Ram y Quelubai. (1 Chronicles 2:9)
Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido, y respondió: "Sí, los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran. (Joshua 2:4)
Entonces los siervos de Absalón fueron a la casa de la mujer y dijeron: "¿Dónde están Ahimaas y Jonatán?" Y la mujer les dijo: "Ellos han pasado el arroyo." Buscaron, y al no encontrarlos, regresaron a Jerusalén. (2 Samuel 17:20)
Heber el Quenita, se había separado de los Quenitas, de los hijos de Hobab, suegro de Moisés, y había plantado su tienda cerca de la encina en Zaanaim, que está junto a Cedes. (Judges 4:11)
El temor al hombre es un lazo, Pero el que confía en el SEÑOR estará seguro. (Proverbs 29:25)
Por tanto, dejando a un lado la falsedad, HABLEN VERDAD CADA CUAL CON SU PROJIMO, porque somos miembros los unos de los otros. (Ephesians 4:25)
Los hijos de Jerameel, primogénito de Hezrón, fueron Ram el primogénito, luego Buna, Orén, Ozem y Ahías. (1 Chronicles 2:25)
Jacob contestó a su padre: "Soy Esaú tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Levántate, te ruego. Siéntate y come de mi caza para que me bendigas." (Genesis 27:19)
Pero un mensajero vino a Saúl diciendo: Apresúrese y venga, pues los Filisteos han hecho una incursión en la tierra. (1 Samuel 23:27)
Quita de mí el camino de la mentira, Y en Tu bondad concédeme Tu ley. (Psalm 119:29)
Después vio al Quenita, y continuó su discurso (parábola), y dijo: "Perdurable es tu morada, Y en la peña está puesto tu nido. (Numbers 24:21)
Los descendientes del Quenita, suegro de Moisés, subieron de la ciudad de las palmeras con los hijos de Judá, al desierto de Judá que está al sur de Arad; y fueron y habitaron con el pueblo. (Judges 1:16)