Sírvante pueblos, Y póstrense ante ti naciones; Sé señor de tus hermanos, E inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldigan, Y benditos los que te bendigan."
(Genesis 27:29)Pero tan pronto como Isaac había terminado de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de la presencia de su padre Isaac, su hermano Esaú llegó de su cacería.
(Genesis 27:30)También él hizo un buen guisado y lo trajo a su padre, y dijo a su padre: "Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que tú me bendigas."
(Genesis 27:31)Y su padre Isaac le dijo: "¿Quién eres?" "Soy tu hijo, tu primogénito, Esaú," le respondió.
Isaac tembló con un estremecimiento muy grande, y dijo: "¿Quién fue entonces el que trajo caza, antes de que tú vinieras, y me la trajo y yo comí de todo, y lo bendije? Sí, y bendito será."
(Genesis 27:33)Al oír Esaú las palabras de su padre, clamó con un grande y amargo clamor, y dijo a su padre: "¡Bendíceme, bendíceme también a mí, padre mío!"
(Genesis 27:34)Pero Isaac respondió: "Tu hermano vino con engaño y se ha llevado tu bendición."
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Entonces Jacob fue a su padre, y le dijo: "Padre mío." "Aquí estoy. ¿Quién eres, hijo mío?" preguntó Isaac.
(Genesis 27:18)