El Espíritu del SEÑOR vino sobre Jefté. Entonces Jefté pasó por Galaad y Manasés. Luego pasó por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad fue adonde estaban los Amonitas.
(Judges 11:29)Y Jefté hizo un voto al SEÑOR, y dijo: "Si en verdad entregas en mis manos a los Amonitas,
(Judges 11:30)sucederá que cualquiera que salga de las puertas de mi casa a recibirme cuando yo vuelva en paz de los Amonitas, será del SEÑOR, o lo ofreceré como holocausto."
(Judges 11:31)Jefté cruzó adonde estaban los Amonitas para pelear contra ellos, y el SEÑOR los entregó en su mano.
Y los hirió con una gran matanza desde Aroer hasta la entrada de Minit, veinte ciudades, hasta Abel Keramim. Y los Amonitas fueron sometidos delante de los Israelitas.
(Judges 11:33)Cuando Jefté llegó a su casa en Mizpa, su hija salió a recibirlo con panderos y con danzas. Ella era su única hija. Fuera de ella no tenía hijo ni hija.
(Judges 11:34)Al verla, él rasgó sus ropas y dijo: "¡Ay, hija mía! Me has abatido y estás entre los que me afligen. Porque he dado mi palabra al SEÑOR, y no me puedo retractar."
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Judges 11:32 - Cross Reference
Judá subió, y el SEÑOR entregó en sus manos a los Cananeos y a los Ferezeos, y derrotaron a 10,000 hombres en Bezec.
(Judges 1:4)Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el SEÑOR entregó en su mano a Cusán Risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán Risataim.
(Judges 3:10)Cuando el SEÑOR les levantaba jueces, el SEÑOR estaba con el juez y los libraba de mano de sus enemigos todos los días del juez. Porque el SEÑOR se compadecía por sus gemidos a causa de los que los oprimían y afligían.
(Judges 2:18)