No permitas que nadie menosprecie tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza.
(1 Timothy 4:12)
Entretanto que llego, ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza.
(1 Timothy 4:13)
No descuides el don espiritual que está en ti, que te fue conferido por medio de la profecía con la imposición de manos del presbiterio.
(1 Timothy 4:14)
Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu aprovechamiento sea evidente a todos.
Ten cuidado de ti mismo y de la enseñanza. Persevera en estas cosas, porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti mismo como para los que te escuchan.
(1 Timothy 4:16)
No reprendas con dureza al anciano, sino, más bien, exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos,
(1 Timothy 5:1)
a las ancianas, como a madres; a las más jóvenes, como a hermanas, con toda pureza.
(1 Timothy 5:2)
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Cuando en mi lecho me acuerdo de Ti, En Ti medito durante las vigilias de la noche.
(Psalm 63:6)
Mis ojos se anticipan a las vigilias de la noche, Para meditar en Tu palabra.
(Psalm 119:148)
Y esto no como lo habíamos esperado, sino que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y luego a nosotros por la voluntad de Dios.
(2 Corinthians 8:5)
Me acuerdo de los días antiguos; En todas Tus obras medito, Reflexiono en la obra de Tus manos.
(Psalm 143:5)
Los exhorto, hermanos (ya conocen a los de la casa de Estéfanas, que fueron los primeros convertidos de Acaya, y que se han dedicado al servicio de los santos),
(1 Corinthians 16:15)
Meditaré en toda Tu obra, Y reflexionaré en Tus hechos.
(Psalm 77:12)
Recuerden las maravillas que El ha hecho, Sus prodigios y los juicios de Su boca,
(Psalm 105:5)
Tengo más discernimiento que todos mis maestros, Porque Tus testimonios son mi meditación.
(Psalm 119:99)
para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo,
(Philippians 2:15)
Sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, Y en Su ley medita de día y de noche!
(Psalm 1:2)
Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.
(Matthew 5:16)
Sean gratas las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, Oh SEÑOR, roca mía y Redentor mío.
(Psalm 19:14)
sabiendo que Aquél que resucitó al Señor Jesús, a nosotros también nos resucitará con Jesús, y nos presentará junto con ustedes.
(2 Corinthians 4:14)
Meditaré en Tus preceptos, Y consideraré Tus caminos.
(Psalm 119:15)
El se dio por nosotros, para REDIMIRNOS DE TODA INIQUIDAD y PURIFICAR PARA SI UN PUEBLO PARA POSESION SUYA, celoso de buenas obras.
(Titus 2:14)
Este Libro de la Ley no se apartará de tu boca, sino que meditarás en él día y noche, para que cuides de hacer todo lo que en él está escrito. Porque entonces harás prosperar tu camino y tendrás éxito.
(Joshua 1:8)
Al señalar estas cosas a los hermanos serás un buen ministro de Cristo Jesús, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.
(1 Timothy 4:6)
Mem. ¡Cuánto amo Tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
(Psalm 119:97)
Séale agradable mi meditación; Yo me alegraré en el SEÑOR.
(Psalm 104:34)
Aunque los príncipes se sienten y hablen contra mí, Tu siervo medita en Tus estatutos.
(Psalm 119:23)
Levantaré mis manos a Tus mandamientos, Los cuales amo, Y meditaré en Tus estatutos.
(Psalm 119:48)
Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio (al servicio) de la palabra."
(Acts 6:4)
Mi boca hablará sabiduría, Y la meditación de mi corazón será entendimiento.
(Psalm 49:3)