y con El nos resucitó y con El nos sentó en los lugares celestiales en Cristo Jesús,
(Ephesians 2:6)a fin de poder mostrar en los siglos venideros las sobreabundantes riquezas de Su gracia por Su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
(Ephesians 2:7)Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios;
(Ephesians 2:8)no por obras, para que nadie se gloríe.
Porque somos hechura Suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
(Ephesians 2:10)Por tanto, recuerden que en otro tiempo, ustedes los Gentiles en la carne, que son llamados "Incircuncisión" por la tal llamada "Circuncisión," hecha en la carne por manos humanas,
(Ephesians 2:11)recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía (comunidad) de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo.
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Ephesians 2:9 - Cross Reference
¿Dónde está, pues, la jactancia? Queda excluida. ¿Por cuál ley? ¿La de las obras? No, sino por la ley de la fe.
(Romans 3:27)El nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo, no según nuestras obras, sino según Su propósito y según la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús desde la eternidad,
(2 Timothy 1:9)Porque cuando aún los mellizos no habían nacido, y no habían hecho nada, ni bueno ni malo, para que el propósito de Dios conforme a Su elección permaneciera, no por las obras, sino por Aquél que llama,
(Romans 9:11)Así que no depende del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
(Romans 9:16)Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
(Romans 11:6)Porque por las obras de la Ley ningún ser humano será justificado delante de El; pues por medio de la Ley viene el conocimiento del pecado.
(Romans 3:20)Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué jactarse, pero no para con Dios.
(Romans 4:2)Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros.
(Titus 3:3)