Para unos, olor de muerte para muerte, y para otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién está capacitado? (¿quién es suficiente?)
(2 Corinthians 2:16)
Pues no somos como muchos, que comercian (corrompen) la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, hablamos en Cristo delante de Dios.
(2 Corinthians 2:17)
¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O acaso necesitamos, como algunos, cartas de recomendación para ustedes o de parte de ustedes?
(2 Corinthians 3:1)
Ustedes son nuestra carta, escrita en nuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres,
siendo manifiesto que son carta de Cristo redactada por nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos.
(2 Corinthians 3:3)
Esta confianza tenemos hacia Dios por medio de Cristo.
(2 Corinthians 3:4)
No que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios,
(2 Corinthians 3:5)
Other publications related to "2 Corinthians 3:2":
2 Corinthians 3:2 - Cross Reference
¿No soy libre? ¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes mi obra en el Señor?
(1 Corinthians 9:1)
No hablo para condenarlos, porque ya he dicho antes que ustedes están en nuestro corazón para morir juntos y para vivir juntos.
(2 Corinthians 7:3)
¿Por qué? ¿Porque no los amo? ¡Dios lo sabe!
(2 Corinthians 11:11)
Es justo que yo sienta esto acerca de todos ustedes, porque los llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones (mis cadenas) como en la defensa y confirmación del evangelio, todos ustedes son participantes conmigo de la gracia.
(Philippians 1:7)
Conforme a la gracia de Dios que me fue dada, yo, como sabio arquitecto, puse el fundamento, y otro edifica sobre él. Pero cada uno tenga cuidado cómo edifica encima.
(1 Corinthians 3:10)
Y yo con mucho gusto gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré por sus almas. Si los amo más, ¿seré amado menos?
(2 Corinthians 12:15)
En primer lugar, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo por todos ustedes, porque por todo el mundo (se da a conocer) se habla de su fe.
(Romans 1:8)
Porque saliendo de ustedes, la palabra del Señor se ha escuchado, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también por todas partes la fe de ustedes en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada.
(1 Thessalonians 1:8)