Pero la justicia que es de la fe, dice así: "NO DIGAS EN TU CORAZON: '¿QUIEN SUBIRA AL CIELO?' Esto es, para hacer bajar a Cristo,
(Romans 10:6)
o '¿QUIEN DESCENDERA AL ABISMO?' Esto es, para subir a Cristo de entre los muertos."
(Romans 10:7)
Pero, ¿qué dice? "CERCA DE TI ESTA LA PALABRA, EN TU BOCA Y EN TU CORAZON," es decir, la palabra de fe que predicamos:
(Romans 10:8)
que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios Lo resucitó de entre los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.
(Romans 10:10)
Pues la Escritura dice: "TODO EL QUE CREE EN EL NO SERA AVERGONZADO."
(Romans 10:11)
Porque no hay distinción entre Judío y Griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que Le invocan;
(Romans 10:12)
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y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también la fe de ustedes.
(1 Corinthians 15:14)
Por tanto, les hago saber que nadie hablando por el Espíritu de Dios, dice: "Jesús es anatema (maldito);" y nadie puede decir: "Jesús es el Señor," excepto por el Espíritu Santo.
(1 Corinthians 12:3)
Por tanto, todo el que Me confiese delante de los hombres, Yo también lo confesaré delante de Mi Padre que está en los cielos.
(Matthew 10:32)
Pero Dios Lo resucitó, poniendo fin a la agonía (los dolores) de la muerte, puesto que no era posible que El quedara bajo el dominio de ella.
(Acts 2:24)
Pues muchos engañadores han salido al mundo que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Ese es el engañador y el anticristo.
(2 John 1:7)
Ellos respondieron: "Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa."
(Acts 16:31)
En esto ustedes conocen el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios.
(1 John 4:2)
Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los Judíos; porque los Judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguien confesaba que Jesús era el Cristo (el Mesías), fuera expulsado de la sinagoga.
(John 9:22)
¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
(Romans 8:34)
Y nosotros hemos creído y sabemos que Tú eres el Santo de Dios."
(John 6:69)
Les digo, que a todo el que Me confiese delante de los hombres, el Hijo del Hombre lo confesará también ante los ángeles de Dios;
(Luke 12:8)
Sin embargo, muchos, aun de los gobernantes, creyeron en El, pero por causa de los Fariseos no lo confesaban, para no ser expulsados de la sinagoga.
(John 12:42)
Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había agua; y el eunuco dijo: "Ahí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?"
(Acts 8:36)
Ocho días después, Sus discípulos estaban otra vez dentro (en la casa), y Tomás con ellos. Estando las puertas cerradas, Jesús vino y se puso en medio de ellos, y dijo: "Paz a ustedes."
(John 20:26)
Por medio de El son creyentes en Dios, que Lo resucitó de entre los muertos y Le dio gloria, de manera que la fe y esperanza de ustedes sean en Dios.
(1 Peter 1:21)
y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
(Philippians 2:11)
Porque está escrito: "VIVO YO, DICE EL SEÑOR, QUE ANTE MI SE DOBLARA TODA RODILLA, Y TODA LENGUA ALABARA A DIOS."
(Romans 14:11)