Nueva Biblia Latinoamericana
Hay en Jerusalén, junto a la Puerta de las Ovejas, un estanque que en Hebreo se llama Betesda que tiene cinco pórticos. (John 5:2)
En éstos estaba en el suelo una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que esperaban el movimiento del agua; (John 5:3)
porque un ángel del Señor descendía de vez en cuando al estanque y agitaba el agua; y el primero que descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba curado de cualquier enfermedad que tuviera. (John 5:4)
Estaba allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Cuando Jesús lo vio acostado allí y supo que ya llevaba mucho tiempo en aquella condición, le dijo: "¿Quieres ser sano?" (John 5:6)
El enfermo Le respondió: "Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras yo llego, otro baja antes que yo." (John 5:7)
Jesús le dijo: "Levántate, toma tu camilla y anda." (John 5:8)

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Dr. Roberto Miranda
Jesus, greater than Moses and the Law
In this article, Dr. Roberto Miranda discusses the power of Jesus to heal and restore as demonstrated in the narrative of the paralytic in John 5. He emphasizes the importance of presenting Jesus Christ as the focus of Christianity rather than a religious system or institution, and highlights the superiority of Jesus over the Old Testament system of healing. The article also touches on the doctrine of hell and the invitation to accept Christ for salvation and eternal life.


Dr. Roberto Miranda
The requirements of the miracle
Discussions on the first formal miracle in Acts where Peter and John heal a lame man, emphasizing the importance of faith in Jesus Christ, cooperating with the Holy Spirit, and repentance. The speeches analyze the deity of Jesus Christ and the concept of restoration before His return, and encourage evangelism and anointing of the Spirit.


John 5:5 - Cross Reference

Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. (John 9:1)
pero cómo es que ahora ve, no lo sabemos; o quién le abrió los ojos, nosotros no lo sabemos. Pregúntenle a él; ya es mayor de edad, él hablará por sí mismo." (John 9:21)
Y ésta, que es hija de Abraham, a la que Satanás ha tenido atada durante dieciocho largos años, ¿no debía ser libertada de esta ligadura en el día de reposo?" (Luke 13:16)
Allí encontró a un hombre llamado Eneas, que había estado postrado en cama por ocho años, porque estaba paralítico. (Acts 9:33)
Jesús preguntó al padre: "¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto?" "Desde su niñez," respondió. (Mark 9:21)
Y había un hombre, cojo desde su nacimiento, al que llevaban y ponían diariamente a la puerta del templo llamada la Hermosa, para que pidiera limosna a los que entraban al templo. (Acts 3:2)
Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, sin que nadie pudiera curarla, (Luke 8:43)
Después de esto Jesús lo halló en el templo y le dijo: "Mira, has sido sanado; no peques más, para que no te suceda algo peor." (John 5:14)
porque el hombre en quien se había realizado este milagro (esta señal) de sanidad tenía más de cuarenta años. (Acts 4:22)
Y había en Listra un hombre que estaba sentado, imposibilitado de los pies, cojo desde el seno de su madre y que nunca había andado. (Acts 14:8)