Nueva Biblia Latinoamericana
Ellos juzgaban al pueblo en todo tiempo. El pleito difícil lo traían a Moisés, pero todo pleito sencillo lo juzgaban ellos. (Exodus 18:26)
Moisés despidió a su suegro, y éste se fue a su tierra. (Exodus 18:27)
Al tercer mes de la salida de los Israelitas de la tierra de Egipto, ese mismo día, llegaron al desierto de Sinaí. (Exodus 19:1)
Salieron de Refidim, llegaron al desierto de Sinaí y acamparon en el desierto. Allí, delante del monte, acampó Israel.
Moisés subió hacia Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte y le dijo: "Así dirás a la casa de Jacob y anunciarás a los Israelitas: (Exodus 19:3)
Ustedes han visto lo que he hecho a los Egipcios, y cómo los he tomado sobre alas de águilas y los he traído a Mí. (Exodus 19:4)
Ahora pues, si en verdad escuchan Mi voz y guardan Mi pacto, serán Mi especial tesoro entre todos los pueblos, porque Mía es toda la tierra. (Exodus 19:5)

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Exodus 19:2 - Cross Reference

Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto y llegó a Horeb, el monte de Dios. (Exodus 3:1)
Pasados cuarenta años, SE LE APARECIO UN ANGEL EN EL DESIERTO DEL MONTE Sinaí, EN LA LLAMA DE UNA ZARZA QUE ARDIA. (Acts 7:30)
Toda la congregación de los Israelitas marchó por jornadas desde el desierto de Sin, conforme al mandamiento del SEÑOR. Acamparon en Refidim, y no había agua para que el pueblo bebiera. (Exodus 17:1)
Esto contiene una alegoría, pues estas mujeres son dos pactos. Uno procede del Monte Sinaí que engendra hijos para ser esclavos; éste es Agar. (Galatians 4:24)
Este es el que estaba en la congregación en el desierto junto con el ángel que le hablaba en el Monte Sinaí, y con nuestros padres, y el que recibió palabras de vida (oráculos divinos) para transmitirlas a ustedes, (Acts 7:38)
Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. (Exodus 17:8)
Y vino Jetro, suegro de Moisés, con los hijos y la mujer de Moisés al desierto, donde éste estaba acampado junto al monte de Dios. (Exodus 18:5)
Ciertamente Yo estaré contigo," le respondió el SEÑOR, "y la señal para ti de que soy Yo el que te ha enviado será ésta: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto ustedes adorarán (servirán) a Dios en este monte." (Exodus 3:12)