Nueva Biblia Latinoamericana
Por eso aquel día, el Señor, DIOS de los ejércitos, los llamó a llanto y a lamento, A raparse la cabeza y a vestirse de cilicio. (Isaiah 22:12)
Sin embargo hay gozo y alegría, Matanza de bueyes y degüello de ovejas. Comiendo carne y bebiendo vino, dicen: 'Comamos y bebamos, que mañana moriremos.' (Isaiah 22:13)
Pero el SEÑOR de los ejércitos me reveló al oído: "Ciertamente esta iniquidad no les será perdonada Hasta que mueran," dice el Señor, DIOS de los ejércitos. (Isaiah 22:14)
Así dice el Señor, DIOS de los ejércitos: "Anda, ve a ese mayordomo, A Sebna, que está encargado de la casa real, y dile:
¿Qué es tuyo aquí, Y a quién tienes aquí, Que te has labrado aquí un sepulcro, Como el que labra en alto un sepulcro, Como el que esculpe una morada para sí en la peña? (Isaiah 22:16)
Oh hombre, el SEÑOR te arrojará con violencia. Te tomará firmemente, (Isaiah 22:17)
Te enrollará bien como una pelota, Y te lanzará a una tierra muy espaciosa. Allí morirás y allí quedarán tus magníficos carros, Oh tú, vergüenza de la casa de tu Señor.' (Isaiah 22:18)

Other publications related to "Isaiah 22:15":

Dr. Roberto Miranda
Great faith in God and great disbelief of people who only look at the now
A discussion on the power of faith and the ability of God to change situations in an instant, as seen in the story of Elisha and the famine in Samaria. The author encourages the reader to trust in Gods will and purpose and prepare for a sudden and powerful move of the Holy Spirit to combat issues like homosexuality and corruption.


Dr. Roberto Miranda
God will always bring you out of Sheol
Dr. Roberto Miranda discusses how God promises to bring us out of Sheol and not allow us to experience corruption, and how we can turn trials and difficulties into material for growth and blessing. He emphasizes the importance of continuous revival and trusting in Gods rescue.


Isaiah 22:15 - Cross Reference

Y el que estaba a cargo de la casa, y el que estaba sobre la ciudad, los ancianos, y los preceptores de los hijos, enviaron palabra a Jehú, diciendo: "Somos sus siervos, haremos todo lo que nos digas, a nadie proclamaremos rey. Haga usted lo que le parezca bien." (2 Kings 10:5)
El se levantó y fue. Y había un eunuco Etíope, alto oficial de Candace, reina de los Etíopes, el cual estaba encargado de todos sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar. (Acts 8:27)
Entonces Eliaquim, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: "Le rogamos que usted hable a sus siervos en Arameo porque nosotros lo entendemos, y no nos hable en la lengua de Judá (Hebreo) a oídos del pueblo que está sobre la muralla." (Isaiah 36:11)
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces. (Isaiah 36:22)
A cargo de los almacenes del rey estaba Azmavet, hijo de Adiel. Y a cargo de los almacenes en el campo, en las ciudades, en las aldeas y en las torres estaba Jonatán, hijo de Uzías. (1 Chronicles 27:25)
Envió entonces a Eliaquim, mayordomo de la casa real, con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, para hablar con el profeta Isaías, hijo de Amoz. (2 Kings 19:2)
Ahisar, era el mayordomo; y Adoniram, hijo de Abda, estaba sobre los hombres que hacían trabajos forzados. (1 Kings 4:6)
Entonces envío a Eliaquim, mayordomo de la casa real, con el escriba Sebna y los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías, hijo de Amoz. (Isaiah 37:2)
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, salieron a recibirlo. (Isaiah 36:3)
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, mayordomo de la casa real, el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf, fueron a Ezequías con sus vestidos rasgados, y le relataron las palabras del Rabsaces. (2 Kings 18:37)
Llamaron al rey, y salió a ellos Eliaquim, hijo de Hilcías, que era mayordomo, con el escriba Sebna y el cronista Joa, hijo de Asaf. (2 Kings 18:18)
Entonces Eliaquim, hijo de Hilcías, Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: "Le rogamos que hable a sus siervos en Arameo, porque nosotros lo entendemos, y no nos hable en la lengua de Judá a oídos del pueblo que está sobre la muralla." (2 Kings 18:26)