Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.
(Psalm 72:20)
Salmo de Asaf. Ciertamente Dios es bueno para con Israel, Para con los puros de corazón.
(Psalm 73:1)
En cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, Casi resbalaron mis pasos.
(Psalm 73:2)
Porque tuve envidia de los arrogantes Al ver la prosperidad de los impíos.
Porque no hay dolores en su muerte, Y su cuerpo es robusto.
(Psalm 73:4)
No sufren penalidades como los mortales, Ni son azotados como los demás hombres.
(Psalm 73:5)
Por tanto, el orgullo es su collar; El manto de la violencia los cubre.
(Psalm 73:6)
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No tengas envidia de los malvados, Ni desees estar con ellos;
(Proverbs 24:1)
¿Por qué siguen viviendo los impíos, Y al envejecer, también se hacen muy poderosos?
(Job 21:7)
Confía callado en el SEÑOR y espera en El con paciencia; No te irrites a causa del que prospera en su camino, Por el hombre que lleva a cabo sus intrigas.
(Psalm 37:7)
No envidies al hombre violento, Y no escojas ninguno de sus caminos.
(Proverbs 3:31)
¿O piensan que la Escritura dice en vano: "Dios celosamente anhela el Espíritu que ha hecho morar en nosotros?"
(James 4:5)
No envidie tu corazón a los pecadores, Antes vive siempre en el temor del SEÑOR.
(Proverbs 23:17)
Salmo de David. No te irrites a causa de los malhechores; No tengas envidia de los que practican la iniquidad.
(Psalm 37:1)
Justo eres Tú, oh SEÑOR, cuando a Ti presento mi causa; En verdad asuntos de justicia voy a discutir contigo. ¿Por qué prospera el camino de los impíos Y viven en paz todos los que obran con perfidia?
(Jeremiah 12:1)