Nueva Biblia Latinoamericana
En aquel tiempo dije también al pueblo: "Cada hombre con su ayudante pase la noche dentro de Jerusalén, para que nos sirvan de centinela por la noche y de obrero por el día." (Nehemiah 4:22)
Ni yo, ni mis hermanos, ni mis criados, ni los hombres de la guardia que me seguían, ninguno de nosotros se quitó la ropa; cada uno llevaba su arma aun en el agua. (Nehemiah 4:23)
Y hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos Judíos. (Nehemiah 5:1)
Había quienes decían: "Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas somos muchos; por tanto, que se nos dé trigo para que comamos y vivamos."
Había otros que decían: "Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos, nuestras viñas y nuestras casas para conseguir grano, a causa del hambre." (Nehemiah 5:3)
También había otros que decían: "Hemos pedido dinero prestado para el impuesto del rey sobre nuestros campos y nuestras viñas. (Nehemiah 5:4)
Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, y nuestros hijos como sus hijos. Sin embargo, estamos obligando a nuestros hijos y a nuestras hijas a que sean esclavos, y algunas de nuestras hijas ya están sometidas a servidumbre, y no podemos hacer nada porque nuestros campos y nuestras viñas pertenecen a otros." (Nehemiah 5:5)

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Nehemiah 5:2 - Cross Reference

Y de todos los países venían a Egipto para comprar grano a José, porque el hambre era severa en toda la tierra. (Genesis 41:57)
Cuando comas del trabajo de tus manos, Dichoso serás y te irá bien. (Psalm 128:2)
Un don del SEÑOR son los hijos, Y recompensa es el fruto del vientre. (Psalm 127:3)
Y Judá dijo a su padre Israel: "Envía al muchacho conmigo. Nos levantaremos e iremos, para que vivamos y no perezcamos, tanto nosotros como tú y nuestros pequeños. (Genesis 43:8)
He oído que hay alimento en Egipto," añadió; "desciendan allá, y compren de allí un poco para nosotros, para que vivamos y no muramos." (Genesis 42:2)
Si no escuchan, y si no deciden de corazón dar honor a Mi nombre," dice el SEÑOR de los ejércitos "enviaré sobre ustedes maldición, y maldeciré sus bendiciones; y en verdad, ya las he maldecido, porque no lo han decidido de corazón. (Malachi 2:2)