Nueva Biblia Latinoamericana
Y el rey Salomón y toda la congregación de Israel, que estaba reunida con él delante del arca, sacrificaban tantas ovejas y bueyes que no se podían contar ni numerar. (2 Chronicles 5:6)
Los sacerdotes trajeron el arca del pacto del SEÑOR a su lugar, al santuario interior de la casa, al Lugar Santísimo, bajo las alas de los querubines. (2 Chronicles 5:7)
Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, y los querubines cubrían el arca y sus barras por encima. (2 Chronicles 5:8)
Pero las barras eran tan largas que los extremos de las barras del arca se podían ver delante del santuario interior, pero no se podían ver desde afuera; y allí están hasta hoy.
En el arca no había más que las dos tablas que Moisés puso allí en Horeb, donde el SEÑOR hizo pacto con los Israelitas cuando salieron de Egipto. (2 Chronicles 5:10)
Cuando los sacerdotes salieron del lugar santo (porque todos los sacerdotes que estaban presentes se habían santificado sin tener en cuenta las clases), (2 Chronicles 5:11)
todos los Levitas cantores, Asaf, Hemán, Jedutún y sus hijos y sus parientes, vestidos de lino fino, con címbalos, arpas y liras, estaban de pie al oriente del altar, y con ellos 120 sacerdotes que tocaban trompetas. (2 Chronicles 5:12)

Other publications related to "2 Chronicles 5:9":

Dr. Roberto Miranda
Don't settle for less than the best
The author discusses the importance of seeking Gods presence and unleashing His power through worship, adoration, and consecration. Using the story of David and the Ark, the author emphasizes the need for a hunger for Gods glory and the importance of consecrating oneself to Him.


Samuel Acevedo
When the glory of the Lord enters your house
Encouraging people to invite the presence of God into their homes and lives, and how it can bring revival to institutions.


2 Chronicles 5:9 - Cross Reference

Pero las barras eran tan largas que los extremos de las barras se podían ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior, pero no se podían ver desde afuera; y allí están hasta hoy. (1 Kings 8:8)