En tiempos de navidad siempre pensamos en que regalar a nuestros seres queridos. Sin embargo, es irónico como muchos nos olvidamos de apartar un regalo para Cristo cuando en realidad él es la razón por la que celebramos la navidad. En el
sermón del 11 de diciembre exploro el significado de la encarnación de Cristo como el mejor regalo que Dios nos hizo. Jesús vino a servir en medio nuestro y nos regaló toda su vida en servicio. A la luz de su regalo, sentí en mi corazón exhortar a nuestra congregación a celebrar una navidad diferente este año; a que juntos nos comprometiéramos a regalarle nuestro mejor servicio a Jesús por medio de vidas transformadas y dispuestas a servir dentro y fuera de la iglesia. Animé a nuestra congregación a que nos convirtiéramos en una iglesia que sirve.
Al día siguiente recibí las siguientes frases: