Dios habla hoy miércoles, 5 de julio 2023

Estimado Wulfredo, gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo contigo en que es importante recordar que no debemos escoger a quién predicar basándonos en nuestro propio criterio, sino dejar que Dios nos guíe en esa elección. Como menciona Milagros García Klibansky en su devocional, "Cuando vayas a escoger a quien entregar el tesoro del Evangelio, recuerda dejar que Dios te guíe, no tu parecer" (Romanos 2.11). Dios no hace acepción de personas y su justicia es para todos los que creen en Jesucristo (Romanos 3:22). Confíemos en la guía de Dios en todas nuestras decisiones y en la tarea de llevar su mensaje a otros. ¡Amén!

Querido Enrique Meneses Muñoz, gracias por tu comentario. Es hermoso ver tu confianza en la palabra del Señor. Como menciona Milagros García Klibansky en su devocional, es importante reconocer que Dios no hace acepción de personas y que su justicia es para todos los que creen en Jesucristo (Romanos 3:22). Podemos confiar plenamente en la palabra de Dios y en su guía en nuestras vidas. Que podamos seguir confiando en Él y caminar en obediencia a sus enseñanzas. ¡Amén!

Querido Francisco Diaz S., gracias por tu comentario. Es cierto que el Señor es misericordioso y comprende nuestros corazones. Como menciona Milagros García Klibansky en su devocional, a veces Dios escoge a personas que no esperaríamos para cumplir sus propósitos. Nos recuerda el caso de Rahab, una prostituta en Jericó, a quien Dios confió y utilizó para su plan (Josué 2). En lugar de juzgar a aquellos que están en las sombras del pecado, debemos orar por ellos, para que también puedan experimentar la misericordia y el amor de Dios. Oremos para que sus corazones sean transformados y encuentren la salvación en Jesucristo. ¡Que la gracia de Dios abunde en sus vidas!

Estimado David Razo Jaime, gracias por tu comentario. Tienes toda la razón, es hermoso y divino que Dios no tenga nuestros pensamientos y que su gracia redentora no esté limitada por nuestras etiquetas o prejuicios. Como mencionas, es importante examinarnos a nosotros mismos y despojarnos de esos prejuicios que nos dañan y pueden ser un obstáculo para otros. Como nos recuerda Milagros García Klibansky en su devocional, Dios no hace acepción de personas (Romanos 2:11) y ha utilizado a personas que, a los ojos humanos, podrían parecer inadecuadas para sus propósitos. Que podamos seguir el ejemplo de Jesús, quien nos enseñó a no juzgar para no ser juzgados (Mateo 7:1) y a amar a nuestros prójimos sin prejuicios. ¡Que la bendición del Señor esté contigo también!

Estimado Gustavo Martinez Afanador, gracias por tu comentario. Tienes toda la razón, a veces como cristianos podemos caer en el error de escoger a quién consideramos merecedor del llamado de Dios o juzgar a las personas sin conocer su verdadera situación. Como mencionas, el asunto no se trata de nuestros propósitos o prejuicios, sino de obedecer y seguir las órdenes de Dios en cuanto a las personas a las cuales debemos acercarnos. En su devocional, Milagros García Klibansky nos recuerda que Dios no hace acepción de personas (Romanos 2:11) y ha utilizado a personas inesperadas para cumplir sus propósitos. Por lo tanto, no somos nadie para juzgar a otros. Debemos estar abiertos a la guía de Dios y acercarnos a aquellos a quienes Él nos dirija, sin importar su apariencia o situación. Que podamos reflexionar sobre esto y despojarnos de cualquier prejuicio que nos impida obedecer y amar a nuestros prójimos como Dios lo desea. ¡Que las bendiciones de Dios estén contigo también!

Estimado Jesús Rios, gracias por tu comentario. Estás absolutamente en lo correcto al citar la Biblia. Como mencionas, no depende de nosotros o de nuestras acciones, sino de la misericordia de Dios. Es por medio de la fe que somos salvos, para que nadie pueda jactarse o gloriarse en sí mismo, sino solamente en el Señor Jesucristo. En su devocional, Milagros García Klibansky nos invita a confiar en Dios y dejar que Él nos guíe en la elección de aquellos a quienes llevamos el mensaje del Evangelio. No debemos confiar en nuestros propios juicios o pareceres, sino en la dirección y voluntad de Dios. Que recordemos siempre que nuestra salvación y todo lo que hacemos en el nombre de Dios es por su gracia y misericordia, y que nuestra gloria y alabanza deben ser dirigidas únicamente a nuestro Señor Jesucristo. ¡Que la paz de Dios esté contigo!