Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham, y temor de Isaac, no hubiera estado conmigo, ciertamente me hubieras enviado ahora con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi aflicción y la labor de mis manos, y anoche hizo justicia." (Génesis 31:42)

Respondió Labán a Jacob: "Las hijas son mis hijas, y los hijos mis hijos, y los rebaños mis rebaños, y todo lo que ves es mío. ¿Pero qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas dieron a luz? (Génesis 31:43)

Ahora bien, ven, hagamos un pacto tú y yo y que sirva de testimonio entre los dos." (Génesis 31:44)

Y Jacob dijo a sus parientes: "Recojan piedras." Y tomaron piedras e hicieron un montón, y comieron allí junto al montón. (Génesis 31:46)

Labán lo llamó Jegar Sahaduta, pero Jacob lo llamó Galed. (Génesis 31:47)

Entonces Labán dijo: "Este montón es hoy un testigo entre tú y yo." Por eso fue llamado Galed, (Génesis 31:48)