Nueva Biblia Latinoamericana
De otro modo, si yo hubiera hecho traición contra su vida (y no hay nada oculto al rey), tú mismo te hubieras mostrado indiferente." (2 Samuel 18:13)
Respondió Joab: "No malgastaré mi tiempo aquí contigo." Y tomando tres dardos en la mano, los clavó en el corazón de Absalón mientras todavía estaba vivo en medio de la encina. (2 Samuel 18:14)
Y diez jóvenes escuderos de Joab rodearon e hirieron a Absalón y lo remataron. (2 Samuel 18:15)
Entonces Joab tocó la trompeta, y el pueblo regresó de perseguir a Israel, porque Joab detuvo al pueblo.
Y tomaron a Absalón, lo echaron en una fosa profunda en el bosque y levantaron sobre él un gran montón de piedras. Y todo Israel huyó, cada uno a su tienda. (2 Samuel 18:17)
En vida, Absalón había tomado y erigido para sí una columna que está en el Valle del Rey, pues se había dicho: "No tengo hijo para perpetuar mi nombre." Y llamó la columna por su propio nombre, y hasta hoy día se llama Monumento de Absalón. (2 Samuel 18:18)
Y Ahimaas, hijo de Sadoc, dijo: "Te ruego que me dejes correr y llevar las noticias al rey de que el SEÑOR lo ha liberado de la mano de sus enemigos." (2 Samuel 18:19)

Otras publicaciones relacionadas con "2 Samuel 18:16":

Dr. Roberto Miranda
Guerra Espiritual (Parte 2)
Este artículo habla sobre la importancia de estar alerta y preparados en la guerra espiritual contra el enemigo, rodearnos de gente sabia y madura en el Espíritu Santo para recibir consejo y discernimiento en nuestras decisiones, y ser temerosos de Dios y obedientes a su voluntad. También se menciona la importancia de discernir cuándo es tiempo de perdonar y cuándo es tiempo de actuar con violencia, y se pide a la iglesia que declare la palabra de Dios en seriedad y rectitud.


Isaías Rivera
El Rey ha mandado Su carro para buscarte
La historia de Mefi-boset y cómo el Rey David lo acogió en su mesa a pesar de su discapacidad, enseñando la importancia de reconocer el valor humano y ofrecer protección y seguridad.


2 Samuel 18:16 - Referencia Cruzada

Entonces Joab tocó la trompeta y todo el pueblo se detuvo; no persiguieron más a Israel ni continuaron peleando más. (2 Samuel 2:28)
Hazte dos trompetas de plata; las harás labradas a martillo. Y te servirán para convocar a la congregación y para dar la orden de poner en marcha los campamentos. (Números 10:2)
Entonces la mujer, con su sabiduría, fue a hablar a todo el pueblo; y ellos le cortaron la cabeza a Seba, hijo de Bicri, y se la arrojaron a Joab. El, pues, tocó la trompeta y se retiraron de la ciudad, cada uno a su tienda. Joab también regresó al rey en Jerusalén. (2 Samuel 20:22)
Porque si la trompeta da un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? (1 Corintios 14:8)