Nueva Biblia Latinoamericana
Y el rey David mandó a Joab, a Abisai y a Itai y dijo: "Por amor a mí traten bien al joven Absalón." Y todo el pueblo oyó cuando el rey dio orden a todos los capitanes acerca de Absalón. (2 Samuel 18:5)
El pueblo salió al campo al encuentro de Israel, y se entabló la batalla en el bosque de Efraín. (2 Samuel 18:6)
Allí fue derrotado el pueblo de Israel delante de los siervos de David, y la matanza aquel día allí fue grande: 20,000 hombres. (2 Samuel 18:7)
La batalla se extendió por toda aquella región, y el bosque devoró más gente aquel día que la que devoró la espada.
Absalón se encontró con los siervos de David. Absalón iba montado en su mulo, y pasó el mulo debajo del espeso ramaje de una gran encina, y se le trabó la cabeza a Absalón en la encina, y quedó colgado entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estaba debajo de él siguió de largo. (2 Samuel 18:9)
Cuando uno de los hombres vio esto, avisó a Joab: "Yo vi a Absalón colgado de una encina." (2 Samuel 18:10)
Joab dijo al hombre que le había avisado: "Así que tú lo viste, ¿por qué no lo heriste allí derribándolo a tierra? Yo te hubiera dado diez monedas de plata y un cinturón." (2 Samuel 18:11)

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2 Samuel 18:8 - Referencia Cruzada

Mientras huían delante de Israel, cuando estaban en la bajada de Bet Horón, el SEÑOR arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos hasta Azeca y murieron. Y fueron más los que murieron por las piedras del granizo que los que mataron a espada los Israelitas. (Josué 10:11)
¡Levántate, SEÑOR! ¡Sálvame, Dios mío! Porque Tú hieres a todos mis enemigos en la mejilla; Rompes los dientes de los impíos. (Salmos 3:7)
Desde los cielos las estrellas pelearon, Desde sus órbitas pelearon contra Sísara. (Jueces 5:20)
Los demás huyeron a Afec, a la ciudad, y el muro cayó sobre los 27,000 hombres que quedaban. También Ben Adad huyó y se refugió en la ciudad en un aposento interior. (1 Reyes 20:30)
Hazme justicia, oh Dios, y defiende mi causa contra una nación impía; Líbrame del hombre engañoso e injusto. (Salmos 43:1)
Soplaste con Tu viento, los cubrió el mar; Se hundieron como plomo en las aguas poderosas (majestuosas). (Éxodo 15:10)