Nueva Biblia Latinoamericana
Mefiboset tenía un hijo pequeño que se llamaba Micaía. Todos los que moraban en la casa de Siba eran siervos de Mefiboset. (2 Samuel 9:12)
Pero Mefiboset moraba en Jerusalén, porque siempre comía a la mesa del rey. Estaba lisiado de ambos pies. (2 Samuel 9:13)
Sucedió después de esto que murió el rey de los Amonitas, y su hijo Hanún reinó en su lugar. (2 Samuel 10:1)
Y David dijo: "Seré bondadoso con Hanún, hijo de Nahas, tal como su padre fue bondadoso conmigo." Entonces David envió algunos de sus siervos para consolarlo por la muerte de su padre. Pero cuando los siervos de David llegaron a la tierra de los Amonitas,
los príncipes de los Amonitas dijeron a Hanún su señor: "¿Cree usted que David está honrando a su padre porque le ha enviado consoladores? ¿No le ha enviado David sus siervos para reconocer la ciudad, para espiarla y conquistarla?" (2 Samuel 10:3)
Entonces Hanún tomó a los siervos de David, les rasuró la mitad de la barba, les cortó los vestidos por la mitad hasta las caderas, y los despidió. (2 Samuel 10:4)
Cuando le avisaron a David, envió mensajeros a encontrarse con ellos, porque los hombres estaban sumamente avergonzados. Y el rey les dijo: "Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba, y después vuelvan." (2 Samuel 10:5)

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2 Samuel 10:2 - Referencia Cruzada

Ningún Amonita ni Moabita entrará en la asamblea del SEÑOR; ninguno de sus descendientes, aun hasta la décima generación, entrará jamás en la asamblea del SEÑOR, (Deuteronomio 23:3)
Tobías el Amonita estaba cerca de él, y dijo: "Aun lo que están edificando, si un zorro saltara sobre ello , derribaría su muralla de piedra." (Nehemías 4:3)
Aquel día leyeron del Libro de Moisés a oídos del pueblo; y se encontró escrito en él que los Amonitas y los Moabitas no debían entrar jamás en la asamblea de Dios, (Nehemías 13:1)
Y subió Nahas el Amonita y sitió a Jabes de Galaad, y todos los hombres de Jabes dijeron a Nahas: "Haz un pacto con nosotros y te serviremos." (1 Samuel 11:1)
De allí David fue a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: "Permite que mi padre y mi madre vengan y se queden con ustedes hasta que yo sepa lo que Dios hará por mí." (1 Samuel 22:3)