Nueva Biblia Latinoamericana
Todo el que estaba en apuros, todo el que estaba endeudado y todo el que estaba descontento se unió a él, y él vino a ser jefe sobre ellos. Y con él había unos 400 hombres. (1 Samuel 22:2)
De allí David fue a Mizpa de Moab, y dijo al rey de Moab: "Permite que mi padre y mi madre vengan y se queden con ustedes hasta que yo sepa lo que Dios hará por mí." (1 Samuel 22:3)
Los dejó, pues, con el rey de Moab, y se quedaron con él todo el tiempo que David estuvo en el refugio. (1 Samuel 22:4)
El profeta Gad dijo a David: "No te quedes en el refugio; vete y entra en la tierra de Judá." Y David se fue y entró en el bosque de Haret.
Entonces se enteró Saúl de que David y los hombres que estaban con él habían sido descubiertos. Saúl estaba en Guibeá, sentado bajo un tamarisco, en el alto, con su lanza en la mano, y todos sus siervos estaban de pie alrededor de él. (1 Samuel 22:6)
Y Saúl dijo a sus siervos que estaban a su alrededor: "Oiganme ahora, hijos de Benjamín. ¿Les dará también el hijo de Isaí a todos ustedes campos y viñas? ¿Los hará a todos capitanes de miles y capitanes de cientos? (1 Samuel 22:7)
Porque todos ustedes han conspirado contra mí y no hay quien me revele cuando mi hijo hace un pacto con el hijo de Isaí. Tampoco hay entre ustedes quien tenga piedad de mí ni me revele que mi hijo ha instigado a mi siervo contra mí para tenderme una emboscada, como sucede hoy." (1 Samuel 22:8)

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1 Samuel 22:5 - Referencia Cruzada

Cuando David se levantó por la mañana, la palabra del SEÑOR vino al profeta Gad, vidente de David, diciendo: (2 Samuel 24:11)
Y el SEÑOR habló a Gad, vidente de David, diciendo: (1 Crónicas 21:9)
Los hechos del rey David, desde el primero hasta el último, están escritos en las crónicas del vidente Samuel, en las crónicas del profeta Natán y en las crónicas del vidente Gad, (1 Crónicas 29:29)
Luego Ezequías situó a los Levitas en la casa del SEÑOR con címbalos, con arpas y con liras, conforme al mandamiento de David y de Gad, el vidente del rey, y del profeta Natán. Porque el mandamiento procedía del SEÑOR por medio de Sus profetas. (2 Crónicas 29:25)