Nueva Biblia Latinoamericana
El Filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él. (1 Samuel 17:41)
Cuando el Filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco porque era un muchacho, rubio y bien parecido. (1 Samuel 17:42)
Y el Filisteo dijo a David: "¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos?" Y el Filisteo maldijo a David por sus dioses. (1 Samuel 17:43)
También dijo el Filisteo a David: "Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo."
Entonces dijo David al Filisteo: "Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado. (1 Samuel 17:45)
El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los Filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel, (1 Samuel 17:46)
y para que toda esta asamblea sepa que el SEÑOR no libra ni con espada ni con lanza; porque la batalla es del SEÑOR y El los entregará a ustedes en nuestras manos." (1 Samuel 17:47)

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1 Samuel 17:44 - Referencia Cruzada

Hijo de hombre, dile al príncipe de Tiro: 'Así dice el Señor DIOS: "Aun cuando tu corazón se ha enaltecido Y has dicho: 'Soy un dios, Sentado estoy en el trono de los dioses, En el corazón de los mares,' No eres más que un hombre y no dios, Aunque hayas puesto tu corazón como el corazón de un dios. (Ezequiel 28:2)
Antes de la destrucción el corazón del hombre es altivo, Pero a la gloria precede la humildad. (Proverbios 18:12)
El SEÑOR te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los Filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra, para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel, (1 Samuel 17:46)
En cuanto a ti, hijo de hombre, así dice el Señor DIOS: 'Dile a toda clase de ave y a toda bestia del campo: "Congréguense y vengan, júntense de todas partes al sacrificio que voy a preparar para ustedes, un gran sacrificio sobre los montes de Israel, y comerán carne y beberán sangre. (Ezequiel 39:17)
Vi además que bajo el sol No es de los ligeros la carrera, Ni de los valientes la batalla; Y que tampoco de los sabios es el pan, Ni de los entendidos las riquezas, Ni de los hábiles el favor, Sino que el tiempo y la suerte les llegan a todos. (Eclesiastés 9:11)
¿Dirás aún: "Un dios soy," En presencia de tu verdugo, Tú que eres un hombre y no Dios, En manos de los que te hieren? (Ezequiel 28:9)
Y Ben Adad envió a decirle: "Así me hagan los dioses y aun me añadan, si el polvo de Samaria bastará para llenar las manos de todo el pueblo que me sigue." (1 Reyes 20:10)
Así dice el SEÑOR: "No se gloríe el sabio de su sabiduría, Ni se gloríe el poderoso de su poder, Ni el rico se gloríe de su riqueza; (Jeremías 9:23)