Nueva Biblia Latinoamericana
Y los ancianos de Jabes le dijeron: "Danos siete días para que enviemos mensajeros por todo el territorio de Israel. Y si no hay quien nos libre, nos entregaremos a ti." (1 Samuel 11:3)
Entonces los mensajeros fueron a Guibeá de Saúl y hablaron estas palabras a oídos del pueblo, y todo el pueblo alzó la voz y lloró. (1 Samuel 11:4)
Y sucedió que Saúl regresaba del campo detrás de los bueyes, y dijo: "¿Qué pasa con el pueblo que está llorando?" Entonces le contaron las palabras de los mensajeros de Jabes. (1 Samuel 11:5)
El Espíritu de Dios vino con poder sobre Saúl al escuchar estas palabras, y Saúl se enojó grandemente.
Tomando una yunta de bueyes, los cortó en pedazos y los mandó por todo el territorio de Israel por medio de mensajeros, diciendo: "Así se hará a los bueyes del que no salga en pos de Saúl y en pos de Samuel." Entonces el terror del SEÑOR cayó sobre el pueblo, y salieron como un solo hombre. (1 Samuel 11:7)
Y Saúl los contó en Bezec, y los Israelitas eran 300,000 y los hombres de Judá 30,000. (1 Samuel 11:8)
Y dijeron a los mensajeros que habían venido: "Así dirán a los hombres de Jabes de Galaad: 'Mañana cuando caliente el sol serán librados.' Entonces los mensajeros fueron y lo anunciaron a los hombres de Jabes, y éstos se regocijaron. (1 Samuel 11:9)

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1 Samuel 11:6 - Referencia Cruzada

El Espíritu del SEÑOR vino sobre Jefté. Entonces Jefté pasó por Galaad y Manasés. Luego pasó por Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad fue adonde estaban los Amonitas. (Jueces 11:29)
Pero el Espíritu del SEÑOR vino sobre él con gran poder, y lo despedazó como se despedaza un cabrito, aunque no tenía nada en su mano. Pero no contó a su padre ni a su madre lo que había hecho. (Jueces 14:6)
ENOJENSE, PERO NO PEQUEN; no se ponga el sol sobre su enojo, (Efesios 4:26)
Y vino sobre él el Espíritu del SEÑOR, y juzgó a Israel. Cuando salió a la guerra, el SEÑOR entregó en su mano a Cusán Risataim, rey de Mesopotamia, y su poder prevaleció sobre Cusán Risataim. (Jueces 3:10)
Y el Espíritu del SEÑOR comenzó a manifestarse en él en Majané Dan (el campamento de Dan), entre Zora y Estaol. (Jueces 13:25)
Tan pronto como Moisés se acercó al campamento, vio el becerro y las danzas. Se encendió la ira de Moisés, arrojó las tablas de sus manos, y las hizo pedazos al pie del monte. (Éxodo 32:19)
Cuando Saúl y su criado llegaron allá a la colina, un grupo de profetas salió a su encuentro; y el Espíritu de Dios vino sobre él con gran poder, y profetizó entre ellos. (1 Samuel 10:10)
Y el Espíritu del SEÑOR vino sobre Gedeón, y éste tocó la trompeta y los de Abiezer se juntaron para seguirlo. (Jueces 6:34)
Y mirando con enojo a los que Lo rodeaban, y entristecido por la dureza de sus corazones, le dijo al hombre: "Extiende tu mano." Y él la extendió, y su mano quedó sana. (Marcus 3:5)
Moisés era un hombre muy humilde, más que cualquier otro hombre sobre la superficie de la tierra. (Números 12:3)
Entonces Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el Espíritu del SEÑOR vino poderosamente sobre David desde aquel día en adelante. Luego Samuel se levantó y se fue a Ramá. (1 Samuel 16:13)