Cuando la gente lo vio, alabaron a su dios, pues decían: "Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a nuestro enemigo, Al que asolaba nuestra tierra, Y multiplicaba nuestros muertos."
(Jueces 16:24)Y cuando estaban bien alegres, dijeron: "Llamen a Sansón para que nos divierta." Llamaron, pues, a Sansón de la cárcel, y él los divertía. Y lo pusieron de pie entre las columnas.
(Jueces 16:25)Entonces Sansón dijo al muchacho que lo tenía de la mano: "Déjame tocar las columnas sobre las que el edificio descansa, para apoyarme en ellas."
(Jueces 16:26)El edificio estaba lleno de hombres y mujeres, y todos los príncipes de los Filisteos estaban allí. Y sobre la azotea había como 3,000 hombres y mujeres mirando mientras Sansón los divertía.
Entonces Sansón invocó al SEÑOR y dijo: "Señor DIOS, Te ruego que Te acuerdes de mí, y Te suplico que me des fuerzas sólo esta vez, oh Dios, para vengarme ahora de los Filisteos por mis dos ojos."
(Jueces 16:28)Sansón palpó las dos columnas del medio sobre las que el edificio descansaba y se apoyó contra ellas, con su mano derecha sobre una y con su mano izquierda sobre la otra.
(Jueces 16:29)Y dijo Sansón: "¡Muera yo con los Filisteos!" Y se inclinó con todas sus fuerzas y el edificio se derrumbó sobre los príncipes y sobre todo el pueblo que estaba en él. Así que los que mató al morir fueron más que los que había matado durante su vida.
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Jueces 16:27 - Referencia Cruzada
Al atardecer David se levantó de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa del rey, y desde el terrado vio a una mujer que se estaba bañando; y la mujer era de aspecto muy hermoso.
(2 Samuel 11:2)Pero había una torre fortificada en el centro de la ciudad, y todos los hombres y mujeres, todos los habitantes de la ciudad, huyeron allí, se encerraron y subieron al techo de la torre.
(Jueces 9:51)Cuando edifiques casa nueva, le harás un muro a tu azotea, para que no traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguien se cayera de ella.
(Deuteronomio 22:8)Antes que los espías se acostaran, Rahab subió al terrado donde ellos estaban,
(Josué 2:8)