Nueva Biblia Latinoamericana
Después de esto, Sansón se enamoró de una mujer del Valle de Sorec, que se llamaba Dalila. (Jueces 16:4)
Los príncipes de los Filisteos fueron a ella y le dijeron: "Persuádelo, y ve dónde está su gran fuerza, y cómo podríamos dominarlo para atarlo y castigarlo. Entonces cada uno de nosotros te dará 1,100 monedas de plata." (Jueces 16:5)
Dalila le dijo a Sansón: "Te ruego que me declares dónde está tu gran fuerza y cómo se te puede atar para castigarte." (Jueces 16:6)
Sansón le respondió: "Si me atan con siete cuerdas frescas que no se hayan secado, me debilitaré y seré como cualquier otro hombre."
Los príncipes de los Filisteos le llevaron siete cuerdas frescas que no se habían secado, y Dalila lo ató con ellas. (Jueces 16:8)
Y ella tenía hombres al acecho en un aposento interior. Entonces le dijo: "¡Sansón, los Filisteos se te echan encima!" Pero él rompió las cuerdas como se rompe un hilo de estopa cuando toca el fuego. Así que no se descubrió el secreto de su fuerza. (Jueces 16:9)
Entonces Dalila dijo a Sansón: "Mira, me has engañado y me has dicho mentiras. Ahora pues, te ruego que me declares cómo se te puede atar." (Jueces 16:10)

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Jueces 16:7 - Referencia Cruzada

Entonces Saúl dijo a Mical: "¿Por qué me has engañado de esta manera y has dejado ir a mi enemigo, de modo que ha escapado?" Y Mical dijo a Saúl: "El me dijo: 'Déjame ir, porque si no te mato.'" (1 Samuel 19:17)
Y David respondió al sacerdote Ahimelec: "El rey me ha encomendado cierto asunto y me ha dicho: 'Que no sepa nadie acerca del asunto por el cual te envío y que te he encomendado; y yo he citado a los jóvenes a cierto lugar.' (1 Samuel 21:2)
Entonces Dalila dijo a Sansón: "Mira, me has engañado y me has dicho mentiras. Ahora pues, te ruego que me declares cómo se te puede atar." (Jueces 16:10)
Los labios veraces permanecerán para siempre, Pero la lengua mentirosa, sólo por un momento. (Proverbios 12:19)
¿Y por qué no decir, como se nos calumnia, y como algunos afirman que nosotros decimos: Hagamos el mal para que venga el bien? La condenación de los tales es justa. (Romanos 3:8)
No se dejen engañar, de Dios nadie se burla; pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará. (Gálatas 6:7)
No convienen al necio las palabras elocuentes, Mucho menos al príncipe los labios mentirosos. (Proverbios 17:7)
Dejen de mentirse los unos a los otros, puesto que han desechado al viejo hombre con sus malos hábitos, (Colosenses 3:9)
Y Aquis decía: "¿Dónde atacaron hoy?" Y David respondía: "Contra el Neguev (región del sur) de Judá, contra el Neguev de Jerameel y contra el Neguev de los Quenitas." (1 Samuel 27:10)