Josué capturó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus reyes. Los hirió a filo de espada y los destruyó por completo, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado.
(Josué 11:12)
Sin embargo, Israel no quemó ninguna de las ciudades que estaban sobre sus colinas, con la única excepción de Hazor, la cual Josué incendió.
(Josué 11:13)
Los Israelitas tomaron como botín todos los despojos de estas ciudades y el ganado; pero a los hombres hirieron a filo de espada hasta destruirlos. No dejaron a ninguno con vida.
(Josué 11:14)
Tal como el SEÑOR había ordenado a Moisés Su siervo, así Moisés lo ordenó a Josué, y así Josué lo hizo. No dejó de hacer nada de todo lo que el SEÑOR había ordenado a Moisés.
Tomó, pues, Josué toda aquella tierra: la región montañosa, todo el Neguev (región del sur), toda la tierra de Gosén, las tierras bajas (la Sefela), el Arabá, la región montañosa de Israel y sus llanuras,
(Josué 11:16)
desde el Monte Halac, que se levanta hacia Seir, hasta Baal Gad en el Valle del Líbano, al pie del Monte Hermón. Capturó a todos sus reyes, los hirió y los mató.
(Josué 11:17)
Por mucho tiempo Josué estuvo en guerra con todos estos reyes.
(Josué 11:18)
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Josué 11:15 - Referencia Cruzada
Los Israelitas hicieron toda la obra conforme a todo lo que el SEÑOR había ordenado a Moisés.
(Éxodo 39:42)
También sobre Judá estuvo la mano de Dios para darles un solo corazón a fin de hacer lo que el rey y los príncipes ordenaron conforme a la palabra del SEÑOR.
(2 Crónicas 30:12)
¿Por qué, pues, no obedeciste la voz del SEÑOR, sino que te lanzaste sobre el botín e hiciste lo malo ante los ojos del SEÑOR?"
(1 Samuel 15:19)
Entonces Moisés llamó a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: "Sé firme y valiente, porque tú entrarás con este pueblo en la tierra que el SEÑOR ha jurado a sus padres que les daría, y se la darás en heredad.
(Deuteronomio 31:7)
Josué capturó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus reyes. Los hirió a filo de espada y los destruyó por completo, tal como Moisés, siervo del SEÑOR, había ordenado.
(Josué 11:12)
Capturó vivo a Agag, rey de los Amalecitas, y destruyó por completo a todo el pueblo a filo de espada.
(1 Samuel 15:8)
Observa lo que te mando hoy: Voy a echar de delante de ti a los Amorreos, a los Cananeos, a los Hititas, a los Ferezeos, a los Heveos y a los Jebuseos.
(Éxodo 34:11)
Ustedes no añadirán nada a la palabra que yo les mando, ni quitarán nada de ella, para que guarden los mandamientos del SEÑOR su Dios que yo les mando.
(Deuteronomio 4:2)
Miren, yo les he enseñado estatutos y decretos tal como el SEÑOR mi Dios me ordenó, para que así los cumplan en medio de la tierra en que van a entrar para poseerla.
(Deuteronomio 4:5)
y cuando el SEÑOR tu Dios los haya entregado delante de ti, y los hayas derrotado, los destruirás por completo. No harás alianza con ellos ni te apiadarás de ellos.
(Deuteronomio 7:2)
Bien saben cómo no rehuí declararles a ustedes nada que fuera útil, y de enseñarles públicamente y de casa en casa,
(Hechos 20:20)
Me pesa haber hecho rey a Saúl, porque ha dejado de seguirme y no ha cumplido Mis mandamientos." Y Samuel se conmovió, y clamó al SEÑOR toda la noche.
(1 Samuel 15:11)
Solamente sé fuerte y muy valiente. Cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó. No te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.
(Josué 1:7)
Cuidarás de hacer todo lo que te mando; nada le añadirás ni le quitarás.
(Deuteronomio 12:32)
Entonces Samuel dijo a Saúl: "El SEÑOR me envió a que te ungiera por rey sobre Su pueblo, sobre Israel; ahora pues, está atento a las palabras del SEÑOR.
(1 Samuel 15:1)
¡Ay de ustedes, escribas y Fariseos, hipócritas que pagan el diezmo de la menta, del anís y del comino, y han descuidado los preceptos más importantes de la ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Estas son las cosas que debían haber hecho, sin descuidar aquéllas.
(Mateo 23:23)
Pero ¡ay de ustedes, Fariseos! Porque pagan el diezmo de la menta y la ruda y toda clase de hortaliza, y sin embargo pasan por alto la justicia y el amor de Dios; pero esto es lo que debían haber practicado sin descuidar lo otro.
(Lucas 11:42)
pues no rehuí declararles todo el propósito de Dios.
(Hechos 20:27)