pero ustedes no se queden ahí. Persigan a sus enemigos y atáquenlos por la retaguardia. No les permitan entrar en sus ciudades, porque el SEÑOR, Dios de ustedes, los ha entregado en sus manos."
(Josué 10:19)Cuando Josué y los Israelitas terminaron de herirlos con gran matanza, hasta que fueron destruidos, y los sobrevivientes que de ellos quedaron habían entrado en las ciudades fortificadas,
(Josué 10:20)todo el pueblo volvió en paz al campamento y a Josué en Maceda. Nadie profirió palabra alguna contra ninguno de los Israelitas.
(Josué 10:21)Entonces Josué dijo: "Abran la entrada de la cueva y sáquenme de ella a esos cinco reyes."
Así lo hicieron, y le trajeron de la cueva a estos cinco reyes: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón.
(Josué 10:23)Cuando llevaron estos reyes a Josué, Josué llamó a todos los hombres de Israel, y dijo a los jefes de los hombres de guerra que habían ido con él: "Acérquense, pongan su pie sobre el cuello de estos reyes." Ellos se acercaron y pusieron los pies sobre sus cuellos.
(Josué 10:24)Entonces Josué les dijo: "No teman ni se acobarden. Sean fuertes y valientes, porque así hará el SEÑOR a todos los enemigos con los que ustedes luchen."
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Josué 10:22 - Referencia Cruzada
Entonces Samuel dijo: "Tráiganme a Agag, rey de los Amalecitas." Y Agag vino a él alegremente. Y Agag dijo: "Ciertamente, la amargura de la muerte ha pasado ya."
(1 Samuel 15:32)