No, señor mío, escúcheme. Le doy el campo y le doy la cueva que está en él. A la vista de los hijos de mi pueblo se lo doy. Sepulte a su difunta."
(Génesis 23:11)Entonces Abraham se inclinó delante del pueblo de aquella tierra,
(Génesis 23:12)y a oídos del pueblo de aquella tierra le hablo a Efrón: "Le ruego que me oiga. Le daré el precio del campo. Acéptelo de mí, para que pueda sepultar allí a mi difunta."
(Génesis 23:13)Efrón respondió a Abraham:
Señor mío, escúcheme: una tierra que vale 400 siclos (4.56 kilos) de plata, ¿qué es eso entre usted y yo? Sepulte, pues, a su difunta."
(Génesis 23:15)Abraham escuchó a Efrón. Y Abraham pesó la plata que éste había mencionado a oídos de los hijos de Het: 400 siclos de plata, medida comercial.
(Génesis 23:16)Así el campo de Efrón que está en Macpela, frente a Mamre, el campo y la cueva que hay en él, y todos los árboles en el campo dentro de sus confines, fueron cedidos
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