Nueva Biblia Latinoamericana
Regocíjense, naciones, con Su pueblo, Porque El vengará la sangre de Sus siervos; Traerá venganza sobre Sus adversarios, Y hará expiación por Su tierra y Su pueblo." (Deuteronomio 32:43)
Entonces llegó Moisés y habló todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, con Josué, hijo de Nun. (Deuteronomio 32:44)
Cuando terminó Moisés de hablar todas estas palabras a todo Israel, (Deuteronomio 32:45)
les dijo: "Fijen en su corazón todas las palabras con que les advierto hoy: ordenarán a sus hijos que obedezcan cuidadosamente todas las palabras de esta ley.
Porque no es palabra inútil para ustedes; ciertamente es su vida. Por esta palabra prolongarán sus días en la tierra adonde ustedes van, cruzando el Jordán a fin de poseerla." (Deuteronomio 32:47)
En aquel mismo día, el SEÑOR le dijo a Moisés: (Deuteronomio 32:48)
Sube a estos montes de Abarim, al Monte Nebo, que está en la tierra de Moab frente a Jericó, y mira hacia la tierra de Canaán, la cual doy en posesión a los Israelitas. (Deuteronomio 32:49)

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Deuteronomio 32:46 - Referencia Cruzada

Hagan que estas palabras penetren en sus oídos, porque el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres." (Lucas 9:44)
Dispongan ahora su corazón y su alma para buscar al SEÑOR su Dios. Levántense, pues, y edifiquen el santuario del SEÑOR Dios, para que traigan el arca del pacto del SEÑOR y los utensilios sagrados de Dios a la casa que se ha de edificar para el nombre del SEÑOR." (1 Crónicas 22:19)
Estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. (Deuteronomio 6:6)
Por tanto, cuídate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, y no se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; sino que las hagas saber a tus hijos y a tus nietos. (Deuteronomio 4:9)
Hijo mío, no te olvides de mi enseñanza, Y tu corazón guarde mis mandamientos, (Proverbios 3:1)
Graben, pues, estas mis palabras en su corazón y en su alma; átenlas como una señal en su mano, y serán por insignias entre sus ojos. (Deuteronomio 11:18)
Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos. (Hebreos 2:1)
Y el hombre me dijo: "Hijo de hombre, mira con tus ojos, oye con tus oídos y presta atención a todo lo que te voy a mostrar; porque has sido traído aquí para que te sea mostrado. Declara todo lo que ves a la casa de Israel." (Ezequiel 40:4)