Sara murió en Quiriat Arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán. Abraham fue a hacer duelo por Sara y a llorar por ella.
(Génesis 23:2)Después Abraham dejó a su difunta, y habló a los hijos de Het:
(Génesis 23:3)Yo soy extranjero y peregrino entre ustedes; denme en propiedad una sepultura entre ustedes, para que pueda sepultar a mi difunta y separarla de delante de mí."
(Génesis 23:4)Los hijos de Het le respondieron a Abraham:
Escúchenos, señor nuestro: usted es un príncipe poderoso entre nosotros. Sepulte a su difunta en el mejor de nuestros sepulcros, pues ninguno de nosotros le negará su sepulcro para que sepulte a su difunta."
(Génesis 23:6)Abraham se levantó e hizo una reverencia al pueblo de aquella tierra, los hijos de Het,
(Génesis 23:7)y habló con ellos: "Si es su voluntad que yo sepulte aquí a mi difunta separándola de delante de mí, escúchenme e intercedan por mí con Efrón, hijo de Zohar,
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