Nueva Biblia Latinoamericana
Yo escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban sobre las primeras tablas que quebraste, y las pondrás en el arca.' (Deuteronomio 10:2)
Hice, pues, un arca de madera de acacia y labré dos tablas de piedra como las anteriores, y subí al monte con las dos tablas en mi mano. (Deuteronomio 10:3)
Y El escribió sobre las tablas, conforme a la escritura anterior, los Diez Mandamientos que el SEÑOR les había hablado a ustedes en el monte de en medio del fuego el día de la asamblea; y el SEÑOR me las dio. (Deuteronomio 10:4)
Entonces me volví y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que yo había hecho; y allí están tal como el SEÑOR me ordenó.
(Después los Israelitas salieron de Beerot Bene Jaacán hacia Mosera. Allí murió Aarón y allí fue sepultado, y su hijo Eleazar ministró como sacerdote en su lugar. (Deuteronomio 10:6)
De allí salieron hacia Gudgoda; y de Gudgoda hacia Jotbata, una tierra de corrientes de aguas. (Deuteronomio 10:7)
En aquel tiempo el SEÑOR apartó la tribu de Leví para que llevara el arca del pacto del SEÑOR, y para que estuviera delante del SEÑOR, sirviéndole y bendiciendo en Su nombre hasta el día de hoy. (Deuteronomio 10:8)

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Deuteronomio 10:5 - Referencia Cruzada

Cuando Moisés descendía del Monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, Moisés no sabía que la piel de su rostro resplandecía por haber hablado con Dios. (Éxodo 34:29)
Y volví, y descendí del monte mientras el monte ardía en fuego, y las dos tablas del pacto estaban en mis dos manos. (Deuteronomio 9:15)
Entonces Josué colocó doce piedras en medio del Jordán, en el lugar donde habían estado los pies de los sacerdotes que llevaban el arca del pacto, y allí permanecen hasta hoy. (Josué 4:9)
Yo escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban sobre las primeras tablas que quebraste, y las pondrás en el arca.' (Deuteronomio 10:2)
Pero las barras eran tan largas que los extremos de las barras se podían ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior, pero no se podían ver desde afuera; y allí están hasta hoy. (1 Reyes 8:8)
Entonces se volvió Moisés y descendió del monte con las dos tablas del testimonio en su mano, tablas escritas por ambos lados. Por uno y por el otro estaban escritas. (Éxodo 32:15)
Y pondrás en el arca el testimonio que Yo te daré. (Éxodo 25:16)
Entonces tomó el testimonio y lo puso en el arca, colocó las varas en el arca y puso el propiciatorio arriba, sobre el arca. (Éxodo 40:20)