Nueva Biblia Latinoamericana
Tú cruzarás hoy por Ar la frontera de Moab. (Deuteronomio 2:18)
Y cuando llegues frente a los Amonitas, no los molestes ni los provoques, porque no te daré en posesión nada de la tierra de los Amonitas, pues se la he dado a los hijos de Lot por heredad.' (Deuteronomio 2:19)
(Esta región es también conocida como la tierra de los gigantes, porque antiguamente habitaban gigantes en ella, a los que los Amonitas llaman Zomzomeos, (Deuteronomio 2:20)
pueblo grande, numeroso y alto como los Anaceos, pero que el SEÑOR destruyó delante de ellos. Y los Amonitas los desalojaron y se establecieron en su lugar,
tal como Dios hizo con los hijos de Esaú, que habitan en Seir, cuando destruyó a los Horeos delante de ellos; y ellos los desalojaron, y se establecieron en su lugar hasta hoy. (Deuteronomio 2:22)
Y a los Aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los Caftoreos (Filisteos), que salieron de Caftor (Creta), los destruyeron y se establecieron en su lugar.) (Deuteronomio 2:23)
Levántense; pónganse en marcha y pasen por el Valle del Arnón. Mira, he entregado en tu mano a Sehón Amorreo, rey de Hesbón, y a su tierra; comienza a tomar posesión y entra en batalla con él. (Deuteronomio 2:24)

Otras publicaciones relacionadas con "Deuteronomio 2:21":

Samuel Acevedo
No temas, ni desmayes
En este artículo, Samuel Acevedo nos recuerda la importancia de no temer ni desmayar en nuestra vida cristiana y cómo mantener una relación viva con Dios para encontrar paz y bendición en Él.


Dr. Roberto Miranda
Una oportunidad desperdiciada
Este sermón habla sobre cómo reaccionamos ante las ofensas y conflictos en nuestras vidas, y la importancia de vivir conforme a los principios del Reino de Dios. Se utiliza la historia de Dina en Génesis para ilustrar cómo los hijos de Dios deben poner por encima los valores del Reino de Dios, como la paz, la misericordia y el perdón.


Deuteronomio 2:21 - Referencia Cruzada

Y todas las naciones le servirán a él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que llegue también la hora a su propia tierra; entonces muchas naciones y grandes reyes lo harán su siervo. (Jeremías 27:7)
¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: "El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac."' (Deuteronomio 1:28)
Se burla de los reyes, Y los gobernantes le son motivo de risa; Se ríe de toda fortaleza, Amontona escombros para tomarla. (Habacuc 1:10)
tal como Dios hizo con los hijos de Esaú, que habitan en Seir, cuando destruyó a los Horeos delante de ellos; y ellos los desalojaron, y se establecieron en su lugar hasta hoy. (Deuteronomio 2:22)
Porque sólo Og, rey de Basán, quedaba de los gigantes. Su cama era una cama de hierro; está en Rabá, ciudad de los Amonitas. Tenía 9 codos (4 m) de largo y 1.6 metros de ancho, según el codo de un hombre (la distancia del codo al fin de mano, 45 cm). (Deuteronomio 3:11)
¿No posee usted lo que Quemos, su dios, le ha dado para poseer? De modo que todo el territorio que el SEÑOR nuestro Dios ha desposeído delante de nosotros, lo poseeremos. (Jueces 11:24)
(Antes habitaban allí los Emitas, un pueblo tan grande, numeroso y alto como los Anaceos. (Deuteronomio 2:10)