Asimismo, si una mujer hace un voto al SEÑOR, y se impone una obligación en su juventud estando en casa de su padre, (Números 30:3)

y su padre escucha su voto y la obligación que se ha impuesto, y su padre no le dice nada, entonces todos los votos de ella serán firmes, y toda obligación que se ha impuesto será firme. (Números 30:4)

Pero si su padre se lo prohíbe el día en que se entera de ello, ninguno de sus votos ni las obligaciones que se ha impuesto serán firmes. El SEÑOR la perdonará porque su padre se lo prohibió. (Números 30:5)

y su marido se entera de ello y no le dice nada el día en que lo oye, entonces su voto permanecerá firme, y las obligaciones que se ha impuesto, serán firmes. (Números 30:7)

Pero si el día en que su marido se entera de ello, se lo prohíbe, entonces él anulará el voto bajo el cual ella está, y la declaración imprudente de sus labios con que se ha comprometido, y el SEÑOR la perdonará. (Números 30:8)

Pero el voto de una viuda o de una divorciada, todo aquello por lo cual se ha comprometido, será firme contra ella. (Números 30:9)