Nueva Biblia Latinoamericana
En el quinto año comerán de su fruto, para que les aumente su rendimiento. Yo soy el SEÑOR su Dios. (Levítico 19:25)
No comerán cosa alguna con su sangre, ni serán adivinos ni agoreros. (Levítico 19:26)
No se cortarán los extremos de su cabellera en forma circular, ni se dañarán los bordes de su barba. (Levítico 19:27)
No se harán sajaduras en su cuerpo por un muerto, ni se harán tatuajes. Yo soy el SEÑOR.
No degradarás a tu hija haciendo que se prostituya, para que la tierra no se entregue a la prostitución ni se llene de corrupción. (Levítico 19:29)
Mis días de reposo guardarán y tendrán Mi santuario en reverencia. Yo soy el SEÑOR. (Levítico 19:30)
No se vuelvan a los adivinos ni a los espiritistas, ni los busquen para ser contaminados por ellos. Yo soy el SEÑOR su Dios. (Levítico 19:31)

Otras publicaciones relacionadas con "Levítico 19:28":

Charles Spurgeon
Nadie puede dañar a aquellos que confían en el Dios vivo
Artículo sobre la protección divina para aquellos que confían en el Dios vivo y cómo los miedos supersticiosos y la brujería no pueden afectar al pueblo de Dios.


Dr. Roberto Miranda
Cuando el maná cesa
En este artículo el Dr. Roberto Miranda reflexiona sobre la provisión temporal de Dios para los israelitas en el desierto y cómo esto es un paradigma para la vida cristiana en la que Dios nos enseña a depender de Él cada día y a caminar por fe en su provisión diaria. También habla sobre la importancia de entrar en la madurez en Él, conquistar cosas para Dios y ser restaurados a la gloria deseada como iglesia. El orador insta a la congregación a hacer un compromiso serio con Dios y a clamar por su ayuda para vivir como un pueblo verdadero.


Levítico 19:28 - Referencia Cruzada

Ustedes son hijos del SEÑOR su Dios; no se sajarán ni se rasurarán la frente a causa de un muerto. (Deuteronomio 14:1)
El humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos. No tienen reposo, ni de día ni de noche, los que adoran a la bestia y a su imagen, y cualquiera que reciba la marca de su nombre." (Apocalipsis 14:11)
Morirán grandes y pequeños en esta tierra; no serán enterrados, ni los llorarán, y nadie se sajará ni se rapará por ellos. (Jeremías 16:6)
Siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras. (Marcus 5:5)
Y la bestia fue apresada, junto con el falso profeta que hacía señales en su presencia, con las cuales engañaba a los que habían recibido la marca de la bestia y a los que adoraban su imagen. Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre. (Apocalipsis 19:20)
El primer ángel fue y derramó su copa en la tierra, y se produjo una llaga repugnante y maligna en los hombres que tenían la marca de la bestia y que adoraban su imagen. (Apocalipsis 16:2)
Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: "Habla a los sacerdotes, los hijos de Aarón, y diles: 'Ninguno se contamine con persona muerta entre su pueblo, (Levítico 21:1)
Porque toda cabeza está rapada y toda barba rasurada; en todas las manos hay sajaduras y sobre los lomos cilicio. (Jeremías 48:37)
Y hace que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les dé una marca en la mano derecha o en la frente, (Apocalipsis 13:16)
Y gritaban a grandes voces y se sajaban, según su costumbre, con espadas y lanzas hasta que la sangre chorreaba sobre ellos. (1 Reyes 18:28)
Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: "Si alguien adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, (Apocalipsis 14:9)
Vi también como un mar de cristal mezclado con fuego, y a los que habían salido victoriosos sobre la bestia, sobre su imagen y sobre el número de su nombre, en pie sobre el mar de cristal, con arpas de Dios. (Apocalipsis 15:2)
También vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que se les concedió autoridad para juzgar. Y vi las almas de los que habían sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la palabra de Dios, y a los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni habían recibido la marca sobre su frente ni sobre su mano. Volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil años. (Apocalipsis 20:4)
No se harán tonsura en la cabeza, ni se rasurarán los bordes de la barba, ni se harán sajaduras en su carne. (Levítico 21:5)