Al séptimo día el sacerdote examinará la tiña, y si ésta no se ha extendido en la piel y no parece estar más profunda que la piel, el sacerdote lo declarará limpio. Entonces, el enfermo lavará sus vestidos y quedará limpio.
(Levítico 13:34)
Pero si la tiña se extiende en la piel después de su purificación,
(Levítico 13:35)
el sacerdote lo examinará, y si la tiña se ha extendido en la piel, el sacerdote no tiene que buscar pelo amarillento; es inmundo.
(Levítico 13:36)
Si en su parecer la tiña ha permanecido igual y ha crecido pelo negro en ella, la tiña ha sanado; es limpio, y el sacerdote lo declarará limpio.
Cuando un hombre o una mujer tenga manchas lustrosas en la piel de su cuerpo, manchas blancas lustrosas,
(Levítico 13:38)
el sacerdote las examinará, y si las manchas lustrosas en la piel de su cuerpo son de color blanquecino, es eczema que ha brotado en la piel; la persona es limpia.
(Levítico 13:39)
Si un hombre pierde el pelo de la cabeza, es calvo, pero limpio.
(Levítico 13:40)
