Nueva Biblia Latinoamericana
Abram tomó a Sarai su mujer y a Lot su sobrino, y todas las posesiones que ellos habían acumulado y las personas que habían adquirido en Harán, y salieron para ir a la tierra de Canaán; y a la tierra de Canaán llegaron. (Génesis 12:5)
Abram atravesó el país hasta el lugar de Siquem, hasta la encina de More. Los Cananeos habitaban entonces en esa tierra. (Génesis 12:6)
El SEÑOR se apareció a Abram y le dijo: "A tu descendencia daré esta tierra." Entonces Abram edificó allí un altar al SEÑOR que se le había aparecido. (Génesis 12:7)
De allí se trasladó hacia el monte al oriente de Betel (Casa de Dios), y plantó su tienda, teniendo a Betel al occidente y Hai al oriente. Edificó allí un altar al SEÑOR, e invocó el nombre del SEÑOR.
Y Abram siguió su camino, continuando hacia el Neguev (región del sur). (Génesis 12:9)
Pero hubo hambre en el país, y Abram descendió a Egipto para pasar allí un tiempo, porque el hambre era severa en aquella tierra. (Génesis 12:10)
Cuando se estaba acercando a Egipto, Abram dijo a Sarai su mujer: "Mira, sé que eres una mujer de hermoso parecer; (Génesis 12:11)

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Dr. Roberto Miranda
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El sermón de Gregory Bishop sobre la historia de Abraham y cómo Dios cumplió su promesa de hacer de él una gran nación. author: Dr. Roberto Miranda, title: Dios siempre cumple lo que promete, summary: La historia de Abraham comienza con una promesa de Dios de hacer de él una gran nación si está dispuesto a dejar todo y seguirlo. Abram tomó el riesgo y Dios lo guió a la tierra de Canaán, donde edificó un altar y confió en las promesas de Dios. Si confiamos en Dios y ponemos nuestra mano en la suya, Él se mostrará fiel y cumplirá sus promesas. Se recomienda estudiar el sermón de Gregory Bishop para profundizar en la reflexión.


Génesis 12:8 - Referencia Cruzada

Los hijos de Benjamín habitaron también desde Geba, en Micmas y Aía, en Betel (Casa de Dios) y sus ciudades, (Nehemías 11:31)
Abraham plantó un tamarisco en Beerseba, y allí invocó el nombre del SEÑOR, el Dios eterno. (Génesis 21:33)
Invoqué entonces el nombre del SEÑOR, diciendo: "Te ruego, oh SEÑOR: salva mi vida." (Salmos 116:4)
a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con todos los que en cualquier parte invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro: (1 Corintios 1:2)
Levantémonos, y subamos a Betel; y allí haré un altar a Dios, quien me respondió en el día de mi angustia, y que ha estado conmigo en el camino por donde he andado." (Génesis 35:3)
al lugar del altar que antes había hecho allí. Allí Abram invocó el nombre del SEÑOR. (Génesis 13:4)
Y Jacob le puso el nombre de Betel (Casa de Dios) al lugar donde Dios había hablado con él. (Génesis 35:15)
A Set le nació también un hijo y le puso por nombre Enós. Por ese tiempo comenzaron los hombres a invocar el nombre del SEÑOR. (Génesis 4:26)
Y todo aquél que invoque el nombre del SEÑOR Será salvo; Porque en el Monte Sion y en Jerusalén Habrá salvación, Como ha dicho el SEÑOR, Y entre los sobrevivientes estarán los que el SEÑOR llame. (Joel 2:32)
Bet Arabá, Zemaraim, Betel (Casa de Dios), (Josué 18:22)
El ha venido contra Ajat, Ha pasado por Migrón. En Micmas dejó su equipaje. (Isaías 10:28)
Y SUCEDERA QUE TODO AQUEL QUE INVOQUE EL NOMBRE DEL SEÑOR SERA SALVO.' (Hechos 2:21)
No quedó hombre en Hai o Betel que no saliera tras Israel, y dejaron la ciudad sin protección por perseguir a Israel. (Josué 8:17)
Porque no hay distinción entre Judío y Griego, pues el mismo Señor es Señor de todos, abundando en riquezas para todos los que Le invocan; (Romanos 10:12)
Josué envió hombres desde Jericó a Hai, que está cerca de Bet Avén al este de Betel (Casa de Dios), y les dijo: "Suban y reconozcan la tierra." Y los hombres subieron y reconocieron a Hai. (Josué 7:2)
A aquel lugar le puso el nombre de Betel (Casa de Dios), aunque anteriormente el nombre de la ciudad había sido Luz. (Génesis 28:19)
Josué se levantó con todo el pueblo de guerra para subir a Hai. Y escogió Josué 30,000 hombres, valientes guerreros, y los envió de noche. (Josué 8:3)