Y detrás del segundo velo había un tabernáculo llamado el Lugar Santísimo,
(Hebreos 9:3)el cual tenía el altar de oro del incienso y el arca del pacto cubierta toda de oro, en la cual había una urna de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que retoñó y las tablas del pacto.
(Hebreos 9:4)Sobre el arca estaban los querubines de gloria que daban sombra al propiciatorio. Pero de estas cosas no se puede hablar ahora en detalle.
(Hebreos 9:5)Así preparadas estas cosas, los sacerdotes entran continuamente al primer tabernáculo para oficiar en el culto.
Pero en el segundo, sólo entra el sumo sacerdote una vez al año, no sin llevar sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados del pueblo cometidos en ignorancia.
(Hebreos 9:7)Queriendo el Espíritu Santo dar a entender esto: que el camino al Lugar Santísimo aún no había sido revelado en tanto que el primer tabernáculo permaneciera en pie.
(Hebreos 9:8)Esto es un símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto en su conciencia al que practica ese culto,
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Hebreos 9:6 - Referencia Cruzada
En la tienda de reunión, fuera del velo que está delante del testimonio, Aarón y sus hijos la mantendrán en orden (encendida) delante del SEÑOR desde la tarde hasta la mañana. Será estatuto perpetuo para todas las generaciones de los Israelitas.
(Éxodo 27:21)Pero aconteció que mientras Zacarías ejercía su ministerio sacerdotal delante de Dios según el orden indicado a su grupo,
(Lucas 1:8)Aarón quemará incienso aromático sobre él. Lo quemará cada mañana al preparar las lámparas.
(Éxodo 30:7)Pero cuando llegó a ser fuerte, su corazón se hizo tan orgulloso que obró corruptamente, y fue infiel al SEÑOR su Dios, pues entró al templo del SEÑOR para quemar incienso sobre el altar del incienso.
(2 Crónicas 26:16)Se engrandeció hasta igualarse con el Jefe del ejército, le quitó Su sacrificio continuo y fue derribado el lugar de Su santuario.
(Daniel 8:11)Y les dirás: 'Esta es la ofrenda encendida que ofrecerán al SEÑOR: dos corderos de un año, sin defecto, cada día como holocausto continuo.
(Números 28:3)