¿Y a quiénes juró que no entrarían en Su reposo, sino a los que fueron desobedientes?
(Hebreos 3:18)Vemos, pues, que no pudieron entrar a causa de su incredulidad.
(Hebreos 3:19)Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en Su reposo, alguno de ustedes parezca no haberlo alcanzado.
(Hebreos 4:1)Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado las buenas nuevas, como también a ellos. Pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron.
Porque los que hemos creído entramos en ese reposo, tal como El ha dicho: "COMO JURE EN MI IRA: 'NO ENTRARAN EN MI REPOSO,'" aunque las obras de El estaban acabadas desde la fundación del mundo.
(Hebreos 4:3)Porque así ha dicho en cierto lugar acerca del séptimo día: "Y DIOS REPOSO EN EL SEPTIMO DIA DE TODAS SUS OBRAS;"
(Hebreos 4:4)y otra vez en este pasaje: "NO ENTRARAN EN MI REPOSO."
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Hebreos 4:2 - Referencia Cruzada
Porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y también para la futura.
(1 Timoteo 4:8)Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha.
(1 Corintios 13:3)Y sin fe es imposible agradar a Dios. Porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que recompensa a los que Lo buscan.
(Hebreos 11:6)Pues ciertamente la circuncisión es de valor si tú practicas la Ley, pero si eres transgresor de la Ley, tu circuncisión se ha vuelto incircuncisión.
(Romanos 2:25)Sin embargo, no todos hicieron caso al evangelio, porque Isaías dice: "SEÑOR, ¿QUIEN HA CREIDO A NUESTRO ANUNCIO?"
(Romanos 10:16)A ellos les fue revelado que no se servían a sí mismos, sino a ustedes, en estas cosas que ahora les han sido anunciadas mediante los que les predicaron el evangelio (les anunciaron las buenas nuevas) por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas a las cuales los ángeles anhelan mirar.
(1 Pedro 1:12)Pero saben que fue por causa de una enfermedad física que les prediqué (anuncié) el evangelio la primera vez.
(Gálatas 4:13)Para ustedes en primer lugar, Dios, habiendo resucitado a Su Siervo (Hijo), Lo ha enviado para que los bendiga, a fin de apartar a cada uno de ustedes de sus iniquidades."
(Hechos 3:26)porque nuestro evangelio no vino a ustedes solamente en palabras, sino también en poder y en el Espíritu Santo y con plena convicción; como saben qué clase de personas demostramos ser entre ustedes por el amor que les tenemos.
(1 Tesalonicenses 1:5)Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valor y dijeron: "Era necesario que la palabra de Dios les fuera predicada primeramente a ustedes; pero ya que la rechazan y no se juzgan dignos de la vida eterna, así que ahora nos volvemos a los Gentiles.
(Hechos 13:46)Por esto también nosotros sin cesar damos gracias a Dios de que cuando recibieron la palabra de Dios que oyeron de nosotros, la aceptaron no como la palabra de hombres, sino como lo que realmente es, la palabra de Dios, la cual también hace su obra en ustedes los que creen.
(1 Tesalonicenses 2:13)La Escritura, previendo que Dios justificaría a los Gentiles (las naciones) por la fe, anunció de antemano las buenas nuevas a Abraham, diciendo: "EN TI SERAN BENDITAS TODAS LAS NACIONES."
(Gálatas 3:8)¿Y a quiénes juró que no entrarían en Su reposo, sino a los que fueron desobedientes?
(Hebreos 3:18)a fin de que sean juzgados (condenados) todos los que no creyeron en la verdad sino que se complacieron (aprobaron) en la iniquidad.
(2 Tesalonicenses 2:12)Tengan cuidado, hermanos, no sea que en alguno de ustedes haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo.
(Hebreos 3:12)Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, reciban ustedes con humildad (mansedumbre) la palabra implantada, que es poderosa para salvar sus almas.
(Santiago 1:21)Por tanto, puesto que todavía falta que algunos entren en él, y aquéllos a quienes antes se les anunció las buenas nuevas no entraron por causa de su desobediencia (incredulidad),
(Hebreos 4:6)