Porque en El fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de El y para El.
(Colosenses 1:16)
Y El es (ha existido) antes de todas las cosas, y en El todas las cosas permanecen.
(Colosenses 1:17)
El es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que El tenga en todo la primacía.
(Colosenses 1:18)
Porque agradó al Padre que en El habitara toda la plenitud (de la Deidad),
y por medio de El reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de El, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos.
(Colosenses 1:20)
Y aunque ustedes antes estaban alejados y eran de ánimo hostil, ocupados en malas obras,
(Colosenses 1:21)
sin embargo, ahora Dios los ha reconciliado en Cristo en Su cuerpo de carne, mediante Su muerte, a fin de presentarlos santos, sin mancha e irreprensibles delante de El.
(Colosenses 1:22)
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Colosenses 1:19 - Referencia Cruzada
Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El,
(Colosenses 2:9)
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.
(Efesios 1:3)
en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento.
(Colosenses 2:3)
El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo.
(Efesios 4:10)
nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme a la buena intención de Su voluntad,
(Efesios 1:5)
En aquella misma hora Jesús se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de Tu agrado.
(Lucas 10:21)
Porque Aquél a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, pues El da el Espíritu sin medida.
(Juan 3:34)
En esta renovación no hay distinción entre Griego y Judío, circunciso e incircunciso, bárbaro (uno que no era Griego, ni por nacimiento ni por cultura), Escita, esclavo o libre, sino que Cristo (el Mesías) es todo, y en todos.
(Colosenses 3:11)
En aquel tiempo, Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios e inteligentes, y las revelaste a los niños.
(Mateo 11:25)
la cual es Su cuerpo, la plenitud de Aquél que lo llena todo en todo.
(Efesios 1:23)
Pues de Su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia.
(Juan 1:16)