Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguien les anuncia un evangelio contrario al que recibieron, sea anatema.
(Gálatas 1:9)Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.
(Gálatas 1:10)Pues quiero que sepan, hermanos, que el evangelio que fue anunciado por mí no es según el hombre.
(Gálatas 1:11)Pues ni lo recibí de hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por medio de una revelación de Jesucristo.
Porque ustedes han oído acerca de mi antigua manera de vivir en el Judaísmo, de cuán desmedidamente perseguía yo a la iglesia de Dios y trataba de destruirla.
(Gálatas 1:13)Yo aventajaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas (entre los de mi raza) contemporáneos, mostrando mucho más celo por las tradiciones de mis antepasados.
(Gálatas 1:14)Pero cuando Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre y me llamó por Su gracia, tuvo a bien
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Gálatas 1:12 - Referencia Cruzada
revelar a Su Hijo en mí para que yo Lo anunciara entre los Gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre,
(Gálatas 1:16)El gloriarse es necesario, aunque no es provechoso. Pasaré entonces a las visiones y revelaciones del Señor.
(2 Corintios 12:1)Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios.
(1 Corintios 2:10)Pablo, apóstol, no de parte de hombres ni mediante hombre alguno, sino por medio de Jesucristo y de Dios el Padre que Lo resucitó de entre los muertos,
(Gálatas 1:1)Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
(1 Corintios 11:23)