Nueva Biblia Latinoamericana
Pero a quien perdonen algo, yo también lo perdono. Porque en verdad, lo que yo he perdonado, si algo he perdonado, lo hice por ustedes en presencia de Cristo (el Mesías), (2 Corintios 2:10)
para que Satanás no tome ventaja sobre nosotros, pues no ignoramos sus planes. (2 Corintios 2:11)
Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, y se me abrió una puerta en el Señor, (2 Corintios 2:12)
no tuve reposo en mi espíritu al no encontrar a Tito, mi hermano. Despidiéndome, pues, de ellos, salí para Macedonia.
Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de nosotros manifiesta la fragancia de Su conocimiento en todo lugar. (2 Corintios 2:14)
Porque fragante aroma de Cristo somos para Dios entre los que se salvan y entre los que se pierden. (2 Corintios 2:15)
Para unos, olor de muerte para muerte, y para otros, olor de vida para vida. Y para estas cosas ¿quién está capacitado? (¿quién es suficiente?) (2 Corintios 2:16)

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2 Corintios 2:13 - Referencia Cruzada

pues Demas me ha abandonado, habiendo amado este mundo presente, y se ha ido a Tesalónica. Crescente se fue a Galacia y Tito a Dalmacia. (2 Timoteo 4:10)
A Tito le rogué que fuera , y con él envié al otro hermano. ¿Acaso obtuvo Tito ventaja de ustedes? ¿No nos hemos conducido nosotros en el mismo espíritu y seguido las mismas pisadas? (2 Corintios 12:18)
Por esta razón hemos sido consolados. Y aparte de nuestro consuelo, mucho más nos regocijamos por el gozo de Tito, pues su espíritu ha sido confortado por todos ustedes. (2 Corintios 7:13)
Pero gracias a Dios que pone la misma solicitud por ustedes en el corazón de Tito. (2 Corintios 8:16)
a Tito, verdadero hijo en (según) la común fe: Gracia y paz de parte de Dios el Padre y de Cristo Jesús nuestro Salvador. (Tito 1:4)
Entonces, después de catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también a Tito. (Gálatas 2:1)
Pero ni aun Tito, que estaba conmigo, fue obligado a circuncidarse, aunque era Griego. (Gálatas 2:3)
En consecuencia, rogamos a Tito que como él ya había comenzado antes, así también llevara a cabo en ustedes esta obra de gracia. (2 Corintios 8:6)
Después que cesó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos, y habiéndolos exhortado, despidiéndose, partió para ir a Macedonia. (Hechos 20:1)
Pues aun cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún reposo, sino que nos vimos atribulados por todos lados: por fuera, conflictos; por dentro, temores. (2 Corintios 7:5)
En cuanto a Tito, es mi compañero y colaborador entre ustedes; en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros de las iglesias y gloria de Cristo (el Mesías). (2 Corintios 8:23)