Nueva Biblia Latinoamericana
Porque ninguna otra cosa les escribimos sino lo que leen y entienden, y espero que entenderán hasta el fin; (2 Corintios 1:13)
como también ustedes nos han entendido en parte que nosotros somos el motivo de su gloria, así como también ustedes la nuestra en el día de nuestro Señor Jesús. (2 Corintios 1:14)
Y con esta confianza me propuse ir primero a ustedes para que dos veces recibieran bendición, (2 Corintios 1:15)
es decir, quería visitarlos de paso a Macedonia, y de Macedonia ir de nuevo a ustedes y ser encaminado por ustedes en mi viaje a Judea.
Por tanto, cuando me propuse esto, ¿acaso obré precipitadamente? O lo que me propongo, ¿me lo propongo conforme a la carne, para que en mí haya al mismo tiempo el sí, sí, y el no, no? (2 Corintios 1:17)
Pero como Dios es fiel, nuestra palabra a ustedes no es sí y no. (2 Corintios 1:18)
Porque el Hijo de Dios, Cristo Jesús, que fue predicado entre ustedes por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no fue sí y no, sino que ha sido sí en El. (2 Corintios 1:19)

Otras publicaciones relacionadas con "2 Corintios 1:16":

Dr. Roberto Miranda
Solícitos en guardar la unidad
En este artículo, el autor nos invita a guardar la unidad y seguir el ejemplo de Jesucristo en nuestra vida. También se reflexiona sobre la semana de la pasión y se anima a renunciar al temor y recibir las bendiciones de Dios.


Dr. Roberto Miranda
Dios siempre tiene una salida
Enseñanza basada en 2 Corintios 4:7-10 sobre cómo tener fe en que Dios siempre tiene una salida para nosotros en situaciones difíciles.


2 Corintios 1:16 - Referencia Cruzada

Iré a ustedes cuando haya pasado por Macedonia, pues voy a pasar por Macedonia. (1 Corintios 16:5)
Pasadas estas cosas, Pablo decidió en el espíritu ir a Jerusalén después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: "Después que haya estado allí, debo visitar también Roma." (Hechos 19:21)
Pasados aquellos días partimos y emprendimos nuestro viaje mientras que todos ellos, con sus mujeres e hijos, nos acompañaron hasta las afueras de la ciudad. Después de arrodillarnos y orar en la playa, nos despedimos unos de otros. (Hechos 21:5)